[ZAED] La empresa está casi vacía. El sonido de la aspiradora en algún pasillo lejano es lo único que interrumpe este silencio denso que me oprime el pecho. Afuera, Miami parece una ciudad ajena, con sus luces reflejadas en el vidrio del ventanal de mi oficina, como si el mundo siguiera avanzando mientras mi vida se detiene. No quiero volver a casa. No quiero ver a Isabella esperándome con esa sonrisa que no siento real, con su mano acariciando el vientre, hablando de un futuro que no deseo. No quiero escucharla repetir por enésima vez que deberíamos casarnos, que todo sería más “fácil” si acepto la realidad. ¿Realidad? ¿Cuál? Mi realidad se fue el día que perdí a Alya. Y ahora que la tuve de nuevo por un instante, la vida vuelve a arrancármela de la forma más cruel. Respiro hondo, ap

