CAPÍTULO 1 SOFÍA BECKER

1717 Words
SOFÍA BECKER Escucho atenta la clase de electrónica digital espero algún día ser igual de buena mecánica como mi abuelo, él es el uno de los mejores mecánicos automotrices del país, ahora está retirado, pero en su juventud fue un pionero en la industria de autos. Me faltan 2 años para terminar la carrera, mi abuelo está muy orgulloso de mi y yo soy feliz a su lado cada que juntos armamos un auto. – Oye – dice Lore a mi lado, ella es mi amiga, aunque no es muy buena en las clases, es muy divertida – ¿Qué? – digo susurrando para que el profesor no nos escuche – Vamos al rato al centro comercial, quiero comprarme un vestido para la fiesta del fin – dice ella sonriente – No se – digo y ella me mira con flojera – Sofía no seas aburrida, ándale, acompáñame y en el camino te convenzo de ir a la fiesta, van a ir los de último año y sabes que son muy guapos – dice riendo Becker y De la Vega, silencio o se salen de la clase – dice el profesor, miro mal a Lorena por distraerme y ella solo alza los hombros – Lo siento profesor – digo y él se gira para continuar con la clase. Por suerte mi amiga ya no siguió distrayéndome, salimos juntas del salón y llegamos a las jardineras de la facultad, nos sentamos, ella me cuenta que esta emocionada por ir a la dichosa fiesta, a la cual solo van a emborracharse y tener sexo, son unos inmaduros. Mi amiga sigue contándome y de pronto lo miro, es inconfundible su porte y sus cabellos rubios, camina por el campus de la facultad con sus amigos, ríe divertido, es alto, muy alto, musculoso, claro, juega futbol, es el capitán del equipo, sus ojos son azules, sus labios gruesos y su piel blanca, combina con el rubio de sus cabellos. Es de último año, pronto terminara la facultad, tiene 21 años le gusta la fiesta y todas babean por él, es el hombre más guapo que he visto, aunque nuca lo aceptare. Su nombre, Damián Alejandro Fabre Molina, hijo de unos de los hombres más ricos y poderosos del país. Se muy bien quien es su papá, mi abuelo me ha hablado mucho de él, dice que lo conoció cuando el señor Fabre era un niño, después trabajaron juntos en alguna ocasión, y bueno también en las revistas y en la televisión ha salido. Su hijo es conocido por todo el mundo, no solo por ser un Fabre, también porque es un fiestero sin control, todas las chicas de la facultad quieren con él, lamentablemente tiene novia, y por lo que he oído, se va a casar con ella una vez que termine de estudiar. Ella es muy guapa, alta como el, cabellos negros y amplias caderas, su nombre es Carolina Betancur, hija de un empresario estadounidense, sus padres no viven en la ciudad así que ella hace siempre lo que quiere, es caprichosa, banal y superficial, además de celosa, no deja que ninguna mujer se acerque a Alejandro, todos lo conocen por su segundo nombre, aunque también se llame Damián como su papá. –¿Ya viste?, el papacito de Alejandro - dice mi amiga mirándolo acercarse – Si te oye Carolina es capaz de estrangularte – digo y Lore se ríe – Esa loca no está cerca así que podemos echarnos taco de ojo, mira nada más, está bien bueno, imagínatelo sin ropa – dice Lorena y agrando los ojos –¡Lore! – digo con reprimenda, pero ella no me pela, sigue mirando al rubio musculoso – No me digas que no te gusta – dice y niego – Sofía por favor, ¿eres lesbiana o qué? ¿Ya lo viste bien? mira esos brazos, si me atrapara en ellos yo no lo detendría– dice ella mirándolo con excitación – No soy lesbiana, solo, míralo, él es el típico chico guapo, popular, rubio con novia loca celosa, y yo solo quiero ser una gran mecánica, no va conmigo – digo y ella me mira –¿Si sabes que él trabaja de mecánico en la empresa de su papá no? Es mecánico como tú y como yo, bueno no como yo, a mí no me gusta tanto pero mi padre es mecánico y quiso que yo estudiara lo mismo, la verdad acepte porque vi que en la carrera hay muchos hombres guapísimos – dice mi amiga y me río Lo miramos pasar a lado de nosotras, obviamente él ni nos ha volteado a ver, Lore sigue babeando por él, yo solo me río de mi coqueta amiga. Las clases terminan y llego a casa, no miro a nadie, salgo por la puerta de atrás y llego al taller de mi abuelo, lo miro con las manos manchadas de grasa, al mirarme me sonríe con cariño – Hola belo – digo con cariño y le doy un beso – Hola hijita, ¿cómo te fue hoy en la facultad? – pregunta interesado y le ayudo a acomodar el motor que está trabajando – Bien belito, si sigo así, saldré con uno de los mejores promedios de toda la facultad – digo emocionada y mi abuelito me mira con cariño – Esa es mi nieta, serás la mejor mecánica – dice mi belito con orgullo – Hasta podemos hacerles la competencia a los Fabre – dice él y recuerdo al rubio, tan guapo tan alegre y divertido, y aunque nunca he cruzado palabra con él, todo el mundo lo conoce, tiene muchos amigos, a su celosa novia, y bueno quien no conoce a sus padres, el señor Fabre es presidente de la asociación más importan de la industria automotriz, sin su autorización, ningún automóvil nuevo puede salir al mercado, su mamá es la señora Elena, es presidenta general de empresas Fabre, sé que tiene una hermana pero no vive en el país, vive en España con su bisabuela, solo viene de vacaciones, la conozco por las revistas, es muy guapa, como su hermano, son gemelos, así que es una chica muy atractiva. – Si belito, veras que seré muy buena mecánica como tu – digo y le doy un beso – ¡Sofía!, ¡Sofía! – grita mi madre desde la casa, mi belito me mira y voltea los ojos – Tu madre llegó – dice mi belito – Voy a verla – digo y el asiente, salgo del taller y llego a donde mi madre, me mira las manos con grasa y niega enojada – Otra vez metida en ese cuchitril – dice ella con enfado – No es un cuchitril, es el taller de mi belo – digo y ella me mira mal – No entiendo tu necedad de estar metida entre pedazos de carros, con las manos llenas de grasa, pero tu abuelo es el culpable por meterte esas ideas – dice mi mamá y niego – Mi belo no es culpable de nada y ya mamá por favor, no quiero volver a discutir por milésima vez por lo mismo – digo, pero ella sigue enojada – Eres… - dice y se calla, suspira y acomoda en la mesa de la cocina las cosas que trajo del super – Tu hermano vendrá está noche a cenar, así que le preparare una rica cena – dice y sonrío ampliamente, extraño a mi hermano, él es piloto aviador, es 4 años mayor que yo, tiene 24 y yo pronto cumpliré 20 Él se convirtió prácticamente en mi padre, ya que el nuestro nos abandonó cuando yo tenía un año, se fue con otra mujer y desde entonces no lo he vuelto a ver, mi belito al saber que estábamos solos con mamá, se hizo cargo de nosotros, así que mi hermano Adam y mi belo son como mis papás. Mi verdadero padre vive en Londres con su mujer y la hija de su mujer, si, el prefirió criar a una hija ajena que a nosotros sus hijos de sangre, no lo entiendo y nunca lo entenderé. Desde entonces mi madre vive trabajando y un poco amargada, nunca pudo superar el abandono de mi padre, por eso yo trato de entender que viva de mal humor, además sé que nunca podré hacerla cambiar. –¿Y vendrá su noviecita? – pregunto y mi madre niega – No lo sé, no me dijo, pero si viene por favor Sofía, compórtate, no quiero problemas con esa mujer, porque puede hacer que tu hermano deje de visitarnos – dice mi madre y volteo los ojos – Adam jamás dejaría de visitarnos, somos su familia y nos quiere – digo con enfado porque sé que, aunque por su trabajo nos visita poco, el jamás nos cambiaria porque somos su familia La novia de mi hermano es una pesada, vive con él desde hace un par de años, nunca me ha querido, y yo a ella tampoco, sé que ella trata de alejar a mi hermano de nosotros, pero nunca lo ha logrado, yo solo espero que Adam se dé cuenta de la víbora que es su noviecita y la deje de una vez por todas. Mi madre se ha metido a la cocina toda la tarde a prepararle una cena a mi hermano, me miro al espejo de mi cuarto, me he puesto unos jeans negros y una blusa gris de mangas tres cuartos, me peino mi largo y ondulado cabello pelirrojo, miro unas cuantas pecas en mi rostro, mis ojos son color miel claro. No soy muy alta, mido 1.65, mi piel es blanca, muy blanca, a veces parezco un muerto, pero bueno, con un poco de rubor quedo mejor, no me considero una chica exuberante, se que no soy fea, pero tampoco soy una modelo como las de las revista, mucho menos como Carolina, la novia de Alejandro, ella es espectacularmente guapa, es perfecta para el rubio. Me doy una última vista frente al espejo, estoy lista, muero por ver a mi hermano, quiero abrazarlo y besarlo, él siempre me ha cuidado y defendido de todos, y aunque crecí sin un padre, la verdad es que no me hizo falta porque mi hermano y mi belito me llenaron de amor y cariño.
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