SOFÍA
Estoy en el taller trabajando, Luis me trajo un sándwich, hoy hemos estado con muchos pendientes y ni tiempo nos ha dado de ir a comer, lo bueno es que Luis me trajo un rico desayuno.
Y aunque he estado todo el día ocupada, no he dejado de pensar en Alejandro, Anna tiene razón, no debería darle gusto a ninguna mujer de meterse en nuestra relación, además Alejandro no me ha fallado y yo lo amo.
– Sofía – dice de pronto una voz conocida, me giro y miro al señor Leonardo, me mira fijamente
– Señor Leonardo, que sorpresa – digo y busco con la mirada a mi rubio, pero no lo veo por ningún lado
– ¿Alejandro no vino con usted? – pregunto y el niega
– No, yo vine por mi cuenta – dice con sus ojos fijos en mi
– ¿Pasa algo? – pregunto al notar como sus ojos se vuelven llorosos
– No, no
