Mi madre había aceptado apoyar en este nuevo reto, consistía básicamente en que se desvinculara de mi de la manera obsesiva en la que lo estaba haciendo; definitivamente no sería sencillo, mi madre estaba acostumbrada a manejar mi vida, literalmente lo tenía todo programado, así que, el que aceptara era un pasito pequeño para un resultado enorme. Mis padres salieron hoy a una cita como prueba de que podían confiar dejándome sola en casa, sí, ellos no habían salido solos en un buen, buen, buen tiempo, hacían cenas románticas en casa. Obviamente, así como mi madre dio el pasito, yo le aseguré que no volvería a hablarle de esa manera a doña metiche, su amiga. Como fuera, ahora estaba tirada boca arriba sobre mi cama, pensando en si era mejor pasar las horas que quedaban viendo las estrell