— Pao, ya háblame… Porfis*. — Hice gesto de cachorrito arrepentido. — Porfis. Paola rodó los ojos al verme frente a ella y pasó de mí. Literalmente continuó su camino, así que no me quedó de otra más que seguirla; teníamos una relación algo tóxica en nuestro grupito cuando cometíamos un error de esta magnitud. Ya había pasado el almuerzo, no tenía mucho que hacer en la universidad, pero no quería irme a casa sin estar bien con ella. — Pensé que me darías mi espacio. — Murmuró sabiendo que iba detrás de ella. Jake estaba junto a ella, pero en modo espectador, no apoyaba a ninguna. En realidad, no había mucho que apoyar, era consciente de lo que había causado; sí las cosas fueran al revés también estaría molesta, ser castigada con las cosas que amaba hacer consecutivamente no e