Ni siquiera tuve chance de cambiarme la ropa para cuando Mike tocó el timbre de casa, salí del sótano como pude mientras trataba de quitarme el polvo de mis cabellos rubios. — Hola, Mike. — Saludé hondeando la mano al abrirle la puerta. — ¿De qué tierras te escapaste, Alicia? — Bromeó viendo toda la suciedad que me envolvía. — Me perdí en el tiempo, ¿me das veinte minutos? — Pedí inocente. — Puedes pasar tiempo en la carpintería de papá hasta tanto. — Ofrecí. — Me dará gusto charlar con tu padre. — Aceptó antes de limpiar mi mejilla. Lo llevé con mi padre quien felizmente decidió quedarse toda la tarde en casa, realmente agradecía que estuviera aquí y pueda aprovechar el tiempo para cambiarme. Obviamente, él lo recibió con brazos abiertos, mi familia le tenía apre