El estudio se encontraba en un completo silencio.
Igual que la gran habitación, la casa también lo estaba. Toda la gran familia, a excepción de Joanne, que se encontraba descansando en el piso superior, había salido a pasear por la ciudad haciendo caso omiso de lo que las malas lenguas se empeñaban en contar y rumorear.
Ellos eran especialmente buenos en ignorar a los demás. Es lo que más le gustaba a Thomas de su familia. Eran felices en su pequeño mundo y lo que los demás dijeran, era totalmente ignorado.
Suspiró, era el mejor momento para hablar con Jacob. Solo en el supuesto caso que decidiera hacer caso a su nota.
Esperaba que el hombre fuera sensato para dejar a Joanne libre y feliz, pero sabía lo obstinado que era y que no se la pondría fácil a ninguno de los dos. Sin embargo,
