*Marceau* Miré a Anneli, que me miraba bastante disgustada. ¡Sí, eso es lo que obtienes por mentirme! En realidad fue ridículo que ella dijera que vino aquí con su mejor amiga. ¿Se supone que debo creer eso? —Señor Remy, ¿puedo irme ya? —Se inclinó un poco y me preguntó. A pesar de mí mismo, quedé momentáneamente cautivado por su aroma. Ella olía dulce y lechoso y su cálido aliento me hacía cosquillas en la oreja, provocando un escalofrío en todo mi cuerpo. Tragué saliva al recordar lo caliente que se siente besarla. —Ahora que Marceau está aquí, ¿podemos continuar con lo que tenemos planeado para esta noche? —anunció alguien, sacándome de mi trance. Aparté la mirada de Anneli y tomé un sorbo de whisky, luego le dije casualmente a Anneli: —¿Qué le gustarí

