En ese parque jugábamos de niños y era cierto, hoy, no habría nadie. Me moría de la curiosidad por saber que sucedía. ¿O acaso era una más de sus estrategias por manipularme? Al llegar, ella se bajó en una heladería y yo la esperé sentado en una mesita bajo un árbol bastante alejado del centro del parque. Cuando la vi caminar hacia mí, con aquellos dos conos helados, me pregunté cómo era posible que jamás me hubiera enamorado de ella. ¿Es acaso que la vida te prepara para la persona especial? Solo podía ser eso… La tristeza en su rostro era cada vez más notoria. Me dio mi helado y se sentó frente a mí, pero no me dijo nada. Se limitó a comer de su helado, mientras yo hacía lo mismo, buscando romper el hielo… - ¿Cómo has estado? - No muy bien… - ¿Qué te p