Admito la comida frente a mí y sonrío al pensar en la cara de Hilario al probarla. Se ve muy apetitoso pero el sabor, digamos que no sabe cómo se ve Una pequeña lección sobre cómo tratar a las personas no le vendrá mal. Camino a la sala y me acerco al final de las escaleras. -¡Hilario! –Grito muy fuerte. Escucho un golpe y sonrío al pensar en cómo debe haber saltado de la cama. Miro hacia arriba cuando escucho pasos apresurados y una puerta golpearse. Hilario aparece en las escaleras agitado y mira hacia abajo buscándome. -¿Qué pasa, estas bien? -Si, la comida está pronta. -¿Qué? -Que la comida está lista. – Me mira arrugando su frente y se da la vuela murmurando. Vuelvo a la cocina para terminar de poner la mesa y espero sentada hasta que aparece. -¿Dormiste bien? –Preg