Cambios en el contrato

605 Palabras
Cambios en el contrato Lucía permaneció circunspecta mientras escuchaba la explicación de Vincenzo. Recordaba el beso, pero no podía recordar que había sido él quien lo había iniciado en sueños, confundiéndola con otra persona. Es esta Celia la que le ha hecho sufrir y son los demás los que sufren", se dijo para sus adentros. Es mucho más práctico. _ Te equivocas -corrigió Lucía, con un tono frío y distante-, puede que no lo recuerdes, pero fuiste tú quien... Se detuvo en seco. ¿Cómo iba a decirle que en sueños la había confundido con otra persona? Y que esa persona era la mujer que le había abandonado sin motivo y que se había burlado de sus sentimientos. La sola idea de pronunciar el nombre de esa chica delante de él le preocupaba. Con un temperamento como el suyo, no era prudente hablar sin pensar. Había heridas que era mejor no reabrir, y eso era aún más cierto con esta historia. La única vez que Lucía había mencionado a la famosa prometida, en los primeros días, había visto cómo los ojos de Vincenzo se oscurecían y su actitud cambiaba. Pero por muy enfadada que estuviera con él, y lo enfadada que estaba, seguía enamorada de aquel hombre. Y la sola idea de que él sufriera por culpa de otra persona le resultaba insoportable. Seguía prefiriendo asumir la responsabilidad de lo que había ocurrido aquella noche, antes que hablar de aquella chica. _ ¿En qué me equivoco, Lucía? le preguntó suavemente el hombre, apartándole un mechón de pelo que se le había escapado del moño. ¿En que me besaste? ¿O... en que me quieres? Estas palabras confirmaron la intuición de la joven. Así que sabía que ella sentía algo por él. Ella lo había sospechado por la forma en que él se comportaba, pero oírlo decir fue como un golpe para ella. Sintió que el pánico se apoderaba de ella y, sin quererlo, un escalofrío recorrió su cuerpo. Como para corroborar su pregunta, él se inclinó un poco más hacia ella, haciendo desaparecer la poca falsa confianza que se había dado a sí misma. Sus pensamientos se confundían en su cabeza y trataba de pensar qué decir para salir de este aprieto. La mirada smaragdin de Vincenzo no se apartaba de la suya; era como si la estuviera sondeando, buscando respuestas o más bien confirmaciones a sus conjeturas. _ Siento lo del beso -dijo ella, sentándose en su regazo para darse consistencia-, sobrepasé los límites de nuestro contrato. No volverá a ocurrir. Vincenzo frunció el ceño. Claramente, un atisbo de fastidio había perturbado su expresión apacible. _ ¿Te arrepientes? ¿Crees que puedes hacer lo que quieras con la gente y salirte con la tuya con un simple "lo siento"? Lucía tragó saliva cuando la mirada del hombre se ensombreció. Esto no presagiaba nada bueno y lo mejor era salir de esta cama a toda prisa. _ Te lo dije -dijo mientras se preparaba para marcharse-. Esto no volverá a ocurrir. Volveremos a nuestro compromiso básico, si estás de acuerdo. _ Ni hablar -dijo él, agarrándola del brazo y deteniéndola-. Al contrario, quiero que las cosas sigan por este camino. _ Yo... ¿No lo entiendo? ¿Qué quiere decir con "continuar por este camino"? La mirada brillante e inquisitiva que Vincenzo le dirigió a ella y a su cuerpo al mismo tiempo eliminó cualquier ambigüedad sobre la naturaleza de sus expectativas. _ Pero es evidente -dijo con suavidad-. Esta cercanía entre nosotros me sienta bien. Me digo que nos será más fácil interpretar nuestros papeles si nos convertimos en verdaderos amantes...
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR