Calumniada Vincenzo estaba parado frente a Lucía, como si estuviera frente a su enemigo. Con sus ojos helados entrecerrados, la tomó de la mano y la arrastró al interior de la habitación. —¡¿Qué hace?! —exclamó la joven, sorprendida por su reacción. —¿Qué hago? ¿Y si te devuelvo la pregunta? —No entiendo… —Decididamente, no entiendes gran cosa —dijo Vincenzo, implacable. Luego, señalándole el ordenador: "Te dejo que lo veas por ti misma, después te explicarás". Lucía giró la cabeza hacia la pantalla y se acercó un poco indecisa. ¿Qué había en ese ordenador que pudiera mirarla? Una vez que sus ojos enfocaron la pantalla, descubrió fotografías y un informe de un servicio de detective. Temblorosa, recorrió rápidamente el texto antes de tragar saliva. —¿Celia Lissandro? Yo… no sé quién