Helena De repente vi la figura de un hombre cruzar las dos puertas de la habitación, su cara, su cuerpo y todo de el, me era tan familiar y al mismo tiempo tan diferente. Tenía puesto un uniforme oscuro, con varias medallas y una banda azul cruzada por su pecho qué tenia bordado el escudo del reino sobre la tela, una corona envuelta en laureles y a sus costados dos lobos custodiandola. Su cabello se notaba algo recortado y lo tenia peinado hacia atrás aunque las ondulaciones de su cabello rubio eran rebeldes y uno que otro pequeño mechón caía sobre su ceja derecha. Su rostro era el mismo, de finas y tensas facciones, atractivo ante el ojo femenino aunque ahora se podía distinguir la cicatriz de la quemadura qué provenia de su espalda, pese a ese defecto su piel lucia radiante y tersa.