—¿Andrés? —gime la reina justo antes de que él salga de la habitación. El soldado se da la vuelta rápidamente para volver a un lado de su cama, donde solo hace un minuto, la dejó.
—¿Se siente mal, majestad? ¿Quiere que vaya a buscar a Andora o Fidelma? —Andrés verifica la manta con la que le acaba de tapar para asegurarse de que ella esté bien.
—Estoy bien —Keisha sonríe. Su cara denota mucha felicidad a pesar de lo exhausta que se encuentra—, solo quería saber si mi esposo ya volvió o si supiste algo de él.
Andrés carraspea un poco dejando entrever su incomodidad. Dos meses han transcurrido desde que el rey partió a Itapé y no ha venido ni una sola vez desde entonces.
Él, Ismael y Keisha se han reunido algunas veces en la finca para satisfacer las fantasías de la reina, aunque par
