[Adela]
Abro los ojos e inmediatamente siento los labios de Gael sobre mi frente, provocando que los vuelva a cerrar de inmediato — buenos días mi amor — me murmura.
— Buenos días — le respondo en el mismo tono.
Él comienza a besarme la nariz, la comisura de mi labios para después hundirse en ellos besándome efusivamente. Inclina su cuerpo un poco más hacía mi acorralándome entre él y el colchón.
— Este es el despertar que debimos tener después de nuestra boda — me comenta romántico — ese día debí haberte despertado a besos y después hacerte el amor, una y otra vez hasta quedar rendidos.—
Me río ligeramente — ¿Y ahora? ¿Ya no puedes hacerlo? — le pregunto.
— Claro que sí, pero sólo te lo estaba comentado hermosa, prometo que recompensaré todo lo que debí darte antes — y besa mi cuello.
El móvil comienza a sonar del lado de Gael, el despertador que hemos puesto para levantarnos temprano nos anuncia que el tiempo a solas ha terminado.
—Creo que es hora de volver a ser padres — le murmuro.
— ¿Estás diciendo que estos momentos serán contados? — me pregunta sexy mientras baja por mis pechos dando pequeños besos.
— No, claro que no — le digo excitada — sólo que posiblemente sean un poco más, rápidos.—
— Eso es imposible hermosa, yo no puedo ser rápido cuando se trata de estar así contigo, recuerda que me gusta todo " a fuego lento".
Me río al sentir sus labios por mi vientre — ¿Qué te parece si hacemos otro gemelos? — me propone.
— No, no lo creo — le comento entre risas — Con dos nenas tenemos suficiente, incluso creo que fueron mis nenas de la suerte, nunca en mi vida pensé que tendría hijos — le confieso.
— ¿Nenas de la suerte? — pregunta.
— Sí, en la época que no nos hablábamos daba por hecho de que no sería madre porque bueno, era obvio lo que pasaba. Después regresamos y ahora están aquí. Pero si no hubiera pasado nada en este momento yo no las hubiera tenido, tú no estarías conmigo de regreso y creo que ya no habría tenido hijos — le comento.
— Nenas de la suerte, me gusta ese nombre — me dice regresando a mis pechos — ¿entonces? ¿me olvido de un niño? — insiste.
Lo miro a los ojos directamente y veo a ese Gael joven que se enamoró de mí años atrás — Te daría un niño, mi amor, pero como están las circunstancias no creo que sea lo adecuado, además, Sara y Elena todavía están pequeñas y me gustaría disfrutarlas. No apresures las cosas ¿quieres? Si al final de todo tenemos la bendición de un niño, entonces, gustosos lo recibiremos, pero mientras siga tomando las pastillas anticonceptivas en tiempo y forma, no lo creo.—
—¿Pastillas anticonceptivas? Me agrada eso... ¿quieres decir que adiós condones? — me pregunta pícaro.
— ¿Ahora te preocupan los condones? — le hago saber y él lanza una carcajada.
— Te amo Adela, gracias por darme la oportunidad de nuevo de estar contigo y de ver crecer a las nenas.
— No tienes nada que agradecerme, sólo prométeme que estarás ahí siempre no importa lo que pase, que ellas sepan que su padre está con ellas siempre — le insisto.
Gael me besa en la frente — Seré el mejor padre, te lo prometo, y tú eres ya la mejor madre, de eso no tengas dudas.
El móvil vuelve a sonar y Gael se estira y lo toma con la mano para apagarlo — ¡Al diablo con las alarmas! — me dice divertido — necesito un momento mas así contigo — y regresa a mi para volver a iniciar las caricias y los besos que había dejado pendientes.
***
Llegamos a casa de los papás de Gael y la primera imagen que veo es a Han cargando a Sara arrullándola y a la madre de Gael jugando con Elena, ella sonríe mientras le habla a su nieta y Han camina por la sala moviendo a Sara entre sus brazos con una botella de leche en su boca.
— Buenos días — dice Gael feliz mientras entra y toma a Elena y la carga entre los aires — ¿Cómo se portaron? — pregunta.
Yo llego directamente a ver a Sara que yace con los ojos cerrados — durmió muy bien — me murmura Han — de eso no te preocupes.—
Acaricio su hermoso cabello castaño claro y le doy un beso en la frente — Ya llegamos mi amor — le digo.
— ¿Todo bien con la mamá de Gael? — le pregunto a Han.
— Todo bien, sólo que es obvio que la abuela sabe más que el guardaespaldas - niñero que contrataron ustedes — y se ríe. Pero aún así, todo en orden.—
— Te prometo que sólo pase el día nos iremos a la casa ¿vale?—
— Sí, sin preocuparse — contesta tranquilo — Por cierto Señora Carasusan — agrega — recibí una llamada del policía que resguarda su edificio en Nueva York, me comentó que John su vecino ha salido y que aún no regresa a su piso.—
Al decirme eso siento que mi cuerpo se hiela y no sé por qué ¿será que lo que dice Gael es verdad y por eso me siento así? Mi respiración se agita poco a poco hasta que sube a un nivel que no puedo controlar, siento que comienzo a perder el sentido y al no querer hacer una escena opto por salir al jardín a tomar aire y tranquilizarme.
Camino como puedo, fingiendo que todo está bien, lo más lejos de la casa posible y respiro viendo al cielo como si quisiera que una respuesta me cayera de ahí. Mi cuerpo sigue en pánico completamente, mi mente confundida no sabe si John es la persona que trató de abusar de mí o si es otra quien me asecha sin que yo pueda hacer nada.
— ¿Señora Carasusan? — escucho la voz de Han atrás de mí — ¿Se encuentra bien? —
— Sí, sólo qué...— pero siento que me voy a desmayar así que me recargo en el árbol.
— ¿Otro ataque de pánico? — me comenta.
— ¿Otro? — pregunto.
— Sí, ha tenido bastantes ataques de pánico desde el hotel, usted cree que los puede esconder pero no conmigo. Yo sé como puedo ayudarte para que desaparezcan por completo.—
Lo miro extraña y luego siento como su cuerpo se pega al mío acorralándome contra el árbol. La sensación de miedo y terror regresan a mi.
— Empújame — me dice firme.
— ¿Qué? — pregunto con toda la incordiad del mundo corriendo sobre mi.
— Empújame, fuerte — comenta.
— ¿Para qué? O ¿Qué? — pregunto asustada.
— ¡Empújame Adela! ¡Empújame! — y me toma de los hombros fuerte provocando que mis manos vayan directo a su pecho y lo empuje con todas mis fuerzas. Siento como mi cuerpo agitado comienza perder el control.
— Otra vez — me dice.
—¡No! — digo entre lágrimas.
— ¡De nuevo! Empújame — me dice.
Mis manos lo hacen con toda mi fuerza pero no logro moverlo ni un centímetro.
— ¡Si no me empujas fuerte, iré por Sara y Elena y me las llevaré lejos de ti y nunca las volverás a ver! — me amenaza.
—¡No! — grito poniendo sus manos sobre su pecho y empujándolo con toda la fuerza que tengo y por fin logro moverlo lejos de mí.
Han se queda de pie frente a mí mientras me siento recargada en el árbol
— ¿Por qué hiciste eso? — le pregunto asustada — ¿qué no ves que estoy a punto de perder la cabeza?.—
— Adela, estás aterrada porque no sabes defenderte — me dice serio — tienes la idea de que en caso de que te ataquen será tú la que saldrás perdiendo pero no debe ser así. Te dije lo de tus hijas porque son tu motivación, y aunque yo esté cerca o Gael lo esté, tú debes saber como defenderlas en ese momento.
Él se acerca lentamente hacia mi y me da la mano — no quise asustarte, pero el miedo es el mejor estado para la toma de desiciones, o corres o lo enfrentas ¿qué es lo que quieres? ¿Correr siempre o enfrentar a esta persona?.—
Observo su mano frente a mi rostro y la tomo para ponerme de pie, después, sin saber porqué, lo abrazo fuerte, él hace lo mismo — mi hermana estuvo en una relación abusiva por años Adela — comienza a comentarme — le daba golpes hasta dejarla sobre el suelo sin poder moverse, todo el tiempo estaba alerta, preocupada y tenía ataques de pánico aún después de que huía de él porque sabía que en cualquier momento podía regresar. Un día, cuando él se trató de llevar a uno de mis sobrinos lo enfrentó, sacó la fuerza que necesitaba y lo empujó contra la pared pegándole en la cabeza y desmayándolo. Jamás la volvió a buscar.—
— ¿Estás diciéndome que tengo que empujar a mi agresor? — pregunto aún asustada.
— No, tienes que enfrentarlo. Cada vez que viene tratas de huir de él por eso te mantiene aterrada, pero no, la próxima vez que lo tengas en frente serás lo suficientemente valiente para enfrentarlo porque yo te enseñaré a defenderte como le enseñé a mi hermana.—
— ¿Y tú no estarás ahí? — le pregunto — Se supone que por eso estás aquí.—
— Te defenderé, pero en caso de que estes con Sara y Elena mi deber será protegerlas a ellas, como Gael y tú me lo han pedido. Así que, aprovechando que ahora estas en un lugar seguro, te enseñaré a defenderte para que al menos la próxima vez puedas hacerle una herida tan grande o le des un golpe tan fuerte que sepa que con Adela Carasusan nadie se vuelve a meter ¿está claro? — me pregunta.
Asiento con la cabeza y sin darme cuenta todo el pánico que recorría mi cuerpo se había ido de él. Me separo de Han mientras me limpio las lágrimas de los ojos — Quiero ver a la Adela Carasusan que enfrentó a ese ser del lado obscuro y lo venció sola sin ayuda de su Maestro — me comenta.
— En serio te gusta tanto esa película — le digo entre risas un poco más relajada.
— Mi nombre lo dice todo ¿qué esperabas? — contesta sonriente — Adela, eres una mujer fuerte, muy fuerte, sólo que lo desconocido te aterra y eso te está debilitando y eso no lo vamos a permitir, sigues repitiendo que si estuvieras sola todo estaría mejor pero no, ahora tienes dos nenas que te necesitan fuerte y valiente, porque ellas no se pueden defender, pero tú lo harás, eso te lo puedo asegurar.—
— Gracias Han, en verdad muchas gracias por ser así conmigo, con mis hijas, en verdad me siento mejor ahora que estás con nosotros.—
— No tienes nada que agradecer, tus hijas son unos corazones enormes y es un honor ser quien cuida de ellas, aunque su abuela me vea raro — y sonrío — ahora vamos dentro, que deben estar esperándonos, además hoy es un día familiar y debes estar con ellos, con tu familia.—
Han vuelve a entrar a la casa y yo lo sigo, todo lo que me ha dicho es completamente verdad y tiene razón "nadie se mete con Adela Carasusan y mucho menos la mantendrá aterrada de por vida.