Nina salió del despacho de su hijo y Martina ocupó su lugar con expresión asustada, y no era para menos, estaba tan serio que hasta parecía mayor. Se sentó frente a él y comenzó a jugar con el dobladillo de su camisa con nerviosismo. —Esas fotos… —comenzó a decir. —Sé quién las sacó —la interrumpió—. Y lo más probable también es que Federico se haya “asociado” con él para hacerme quedar mal, así que no es tu culpa, pero también deberías saber que no podés confiar en él. Después de lo que le hizo a mi hermana, y el odio que me tiene a mí, ¿todavía te subís a su auto? —Se ofreció a traerme y no conozco la ciudad —manifestó ella con tono avergonzado—. Pensé que era buena idea, no imaginé que me sacarían fotos ni mucho menos me pareció que Federico estaba haciendo algo malo. —Tenés que s