7. Verdades

1741 Palabras
Hera Vorg Malika se acerca tomándome del hombro grita de dolor al mismo tiempo que me empuja, retrocedo y trato de estabilizarme pero su fuerza es bruta, unas manos frias me toman de los hombros evitando que caiga, alzo la mirada. — Lucien — digo aliviada. Mi corazón se a acelerado sorprendida por la reacción de Malika, como si viera su plan demorarse. — ¿Quien se creen para empujar así a una reina? — espeta Lucien con sus ojos rojos fijo en Malika. Magnus se acerca rápido a nosotros, por un momento siento que le piensa gruñir pero me toma de las manos y entre ambos me ayudan a ponerme de pie, me aleja de Lucien y me acerca a su cuerpo como un escudo protector. Giro hacia quien me empujó, Alden la tiene contra la pared tomándola del cuello con fuerza, ella con sus manos intenta soltarse, Nara ya ha salido corriendo y Leonia intenta ir contra Alden. Los ojos de mi destinado están completamente dorados y le gruñe. Mientras ella tiene los ojos llenos de lágrimas e intenta respirar. — ¿Con que atrevimiento haces eso? — espeta Alaric — no eres más que la hija de un alfa inferior a nosotros que está bajo nuestra protección. — Y ella es una reina que está sobre tu cabeza por mucho — la voz de Alden es mas gruesa y grave. Malika tose intentando soltarse. — ¿Solo por qué es mate de Alaric? Creen tener el poder y por eso nos usan como se les viene en gana pero conmigo no será así. Trato de no sonreír. Querida, ya es asi. — No necesito ser el alma gemela de nadie para estar por encima de cualquiera Malika, me ofenden esas palabras teniendo el conocimiento de saber quién soy yo, Alden, suéltala por favor — pido siendo consciente que ella no podría defenderse de él, Magnus se queda a mi lado y Lucien al frente de mi — ella es débil a lado tuyo, por favor suéltala, será peor si la asfixias. La suelta de mala gana y ella tose llevando sus manos al cuello mientras hace una mueca de dolor, cae de rodillas. — Me ha quemado — se queja Malika observando con lágrimas su mano. — Malika — digo guardando la calma — lo siento, no era mi intención... Pero yo no te pedí que me empujaras. — ¿Por qué usted? — pregunta con irá. El dorado se hace presente en sus ojos. Lucien da un paso al lado derecho impidiendo ella me mire a mi o se me pueda tirar. — Malika tranquilízate — pide Leonia acercándose para ayudarla — no puedes ir de esa manera contra nuestros gobernantes... — Pero Alaric y yo teníamos algo y no lo voy a perder por ella — gruñe mirando a Alaric. Lo miro observando como el la analiza, que le dé un mínimo de importancia y será suficiente para mí, para poder rechazarlo. — ¿Algo? Fueron solo unos simples momentos de necesidad, que no pudiste siquiera satisfacer... Hago una mueca de desagrado. — ¡Me has dejado marcada! ¡¿Que pasa conmigo ahora?! Alzo las cejas impactada, la ira empieza adueñarse de mi cuerpo. — ¿La marcaste? — pregunto impactada hacia Alaric. Ni siquiera sentí ese dolor de traición... — No como tú crees, no esa marca — aclara — y es imposible que aún haya prueba de lo que dice, Malika, no me interesas. Me tranquilizó un poco. — Pero yo te amo — llora cayendo de rodillas. Leonia la toma entre sus brazos, el concejo y alfas de las manadas de estas mujeres vienen hacia nosotros con Nara, Lucia viene entre ellos mirándome preocupada. Lo siento Malika. — Es imposible que lo ames cuando ya tienes a tu mate — comento con tranquilidad — que por cierto ¿Sabías que lo que haces con el es un delito? Tenemos normas Malika. Palidece mirándome incrédula. — ¿De que está hablando majestad? — espera el Alfa Marco, padre de Malika. Incluso mis destinados me miran con atención. — Que su hija ya encontró a su mate, varios meses atrás, me sorprende que el concejo no haya hecho uso de esa información, cuando se trató de mi usaron todas sus armas en mi contra — digo hacia el concejo. Thea traga grueso, Shayan y Ava la miran. — Majestad con el debido respeto le pido que no nos difame de esa manera. — No los difama — habla Lucia pasando de ellos le da unas hojas — hemos hecho una copia de toda la información que robaron. Siempre hay que tener un plan B. — Lamento mucho esto Alfa Marco, pero entenderá que esto debe proceder ya que el mate de Malika se encuentra desaparecido. Secuestrado por ella. — ¡Ella miente! — empieza a gritar — ¡Miente! El concejo no puede permitir que me hagan esto. Miro a Thea que me mira tensa. — Guardias — llama Alden — procedan en contra de este delito. Lucien se gira hacia mi mirándome de manera significativa. — Se arrepentiran de esto — asegura Malika. — No más que tú — dice Lucia poniéndose a mi lado — ¿Esta bien majestad? — Quiero agua por favor. Todos se miran entre si, y no les queda más que proceder la orden de Alden, el Alfa Marco mira furioso a su hija. — ¿No te duele el hombro? Te agarro muy fuerte — pregunta Jareth. — Estoy bien, si me permiten quiero seguir disfrutando de la fiesta, e Iven — digo a mi otro destinado — sugiero que si deseas quitarte a Leonia de encima, le presentes a tu beta... Sin embargo contigo — digo hacia Jareth — no se nada sobre la vida amorosa de Nara. Con Lucien y Lucia empiezo a caminar. — Lucien — llama Alden. Tomo del brazo a Lucien y me giro hacia los cinco. — No empiecen — advierto con severidad. Los cinco me miran tensos, están resistiendo a sus instintos. Lucien se gira hacia ellos. — No pueden pensar eso de mi, la conozco desde que estaba en el vientre de su madre... no los quiero de enemigos, este tratado de paz no se puede romper luego de tantos años. Ellos lo ignoran viéndome solo a mi. Seguimos nuestro camino y dejo el abrigo de ellos tirando en el pasillo. — Esta loca — dice Lucia preocupada. Miro al vampiro más atractivo que he conocido. — Gracias por llegar a tiempo — lo abrazo y el acepta el abrazo. — Siempre estare ahí... Siento una mirada intensa sobre nosotros, busco la mirada encontrándome con Alaric. Sonrió como si nada y voy a saludar a los invitados que conozco, hay un banquete hermoso y trato de distraerme pensando que será uno de los últimos que podré asistir. Necesito un plan para alejarlos de mi. La mirada de cinco alfas me quema como a ellos el vestido, la violinista capta mi atención, me quedo ahí parada observando mientras las personas hablan sobre los cazadores y como los rogues parecen haberse "extinguido" y temen no saber de ellos en especial del ex Alfa que fue expulsado. Ahora es un Rogue. Me tenso molesta. Miro hacia mis destinados que no me quitan la mirada. Son crueles, no me sorprende que los rogues estén escondidos, han expulsado a inocentes... Hago mis manos puños sintiéndome furiosa. No dejaré que hagan de mi lo que se les de la gana. Busco a Lucien pero parece haberse esfumado, espero no le hagan nada. Los Vorg están por encima de todos los que nos encontramos acá, es por ellos que a veces se reúnen como ratas buscando la manera de sacarlos de la corona, sus manadas son las más fuertes. Suspiro frustrada, se han encargado de que nadie se me acerque, por eso están tranquilos aún pero sus celos de ver cuántas miradas masculinas hay en mi no los deja. El vestido no ayuda a sus celos. — Es hora de irnos — le digo a Lucia empezando a salir del castillo. — ¿Que? ¿No sé irá con ellos? — No, alista el auto, no quiero estar cerca de ellos, buscaré un plan B para no estar con ellos... — Y busca un C, D, E, F, G y todas las letras del abecedario por qué de aquí no sales sin nosotros — dice Iven con una cínica sonrisa poniéndose frente a mi — ¿A dónde va mi Reina? Se acerca demasiado a mi, es más alto que yo, llega a los dos metros y yo con tacones solo llegó a los 1.70 debo alzar la mirada conforme se acerca, se inclina haciendo aún lado mi cabello. — Tienes frío — pone su abrigo sobre mis hombros. — Quiero pasar esta noche en mi hogar, en mi reino y es un camino largo... — No majestad — con la seguridad de su abrigo baja sus manos hasta mi cintura tirando de mi cuerpo hacia el suyo — tu vienes con nosotros — aclara a mi oído — y duermes con nosotros, a partir de hoy no te quitaremos un ojo de encima mi luna. Empuño mis manos y cierro los ojos odiandome a mi, mi cuerpo se ha calentado, mis pezones se tensan por los escalofríos que el me provoca. Lucia se queda a mi lado sin saber que hacer o decir ¿Pero que puede hacer ella? Ella es una figura inferior a mi, y yo soy inferior a ellos, en cuanto a poder, pero estrategia. Hacer algo impulsivo sería peligroso. — Lucia — digo mirando a los ojos a Iven, son verdes claros — ve con los demás, iré con ellos y me comunicaré contigo en tres horas y mañana les haré saber cuando deben ir por mi. — ¿Que te hace creer que te dejaremos regresar? — Iven, mi vida no gira entorno a ustedes, tengo una vida ¿Lo olvidan? Una que sino me dejan vivir, me convertira en su infierno. El sonrie tomandome del cuello con gentileza, se acerca más dejando sus labios roce los mios, no le quitó la mirada de sus ojos, no voy a caer fácilmente. — Esa oferta es tentadora mi alteza — lame sus labios rozando los míos. — No pensará igual cuando lo esté viviendo. — Siempre y cuando te quemes conmigo.
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