- ¿Estás bien? – Me acerqué a él preocupada mientras agarraba su cara en mis manos. - Si, es lo de menos – Negó – Pero tengo que hablar contigo en privado. - No te conozco, vete de mi casa – Sophia se paró junto de mi seria – Ella es la luna de mi hermano, así que aléjate. Noté como Nicolá la miraba frunciendo el ceño. Negó y me volteo a ver con una mirada triste. - ¿Por favor? – Yo miré a Sophia y le sonreí para calmarla. - Claro, vamos afuera. Me despedí y agradecí a Anna por la comida, así como a Sophi le dije que no se preocupara y que regresaría rápido. Nicolás me siguió mientras que yo caminaba a lo que suponía yo era la entrada de la casa. Cosa que si estaba en lo correcto. Me paré enfrente de él y empecé a ver todos los rasguños