La casa es hermosa, Caleen emocionado me cuenta cada detalle mientras hacemos el recorrido. —Mi pequeñita, amó la piscina cuando Ossey se la mostró —dice Caleen. —Me imagino, siempre que podemos vamos a la piscina de los apartamentos, le encanta nadar. Muevo la cabeza masajeándome el cuello y Caleen me mira preocupado. —¿Te duele la cabeza? —indaga. —No, el cuello, debe ser tensión. —Yo puedo ayudar con eso. —Sí ayudas, tú me la provocas —aseguro sonriendo y me mira como si estuviera ofendido. Me jala del brazo, subimos las escaleras y entramos a su habitación. —Quítate la ropa —ordena. —Pero no… —Ahora —me interrumpe—. Vamos a solucionar este problema, que según tú, yo ocasioné. —Es el cuello, no tengo para qué desnudarme. —Te quiero desnuda en la cama, ahora —demanda y por