Después de habernos puesto nuestras capas, emprendimos nuestro camino a pie, Lucifer tomaba mi mano precavido, sabía que estaba cuidando de mí. — Te habías referido a este lugar como el Limbo. — comenté. Lucifer me miró brevemente. — Así es, por aquí pasan las almas que cruzan ya sea al cielo o al infierno, pueden llegar a su destino con solo caminar por aquí, usa tus ojos. — susurro, yo no entendía a que se refería con eso, yo estaba viendo el camino, me concentraba en lo que tenía adelante, sin embargo Lucifer me pedía que usará mis ojos. — No entiendo. Te aseguro que los tengo abiertos... — dije desconcertada. — Eres en parte un demonio y en parte un ángel, usa eso a tu favor. Mira las almas, y su color... — dijo señalando al frente, pero yo solo veía una caverna vacía. — hazlo,