Matthew. —¿Entendió lo que le dije, verdad? —Sí, señor. —Aquí tiene el dinero, se lo agradezco, enfermera. —Es un placer, señor Pierre. Vuelvo al auto y espero pacientemente, qué bueno que renté este auto que no llama la atención. Espero y veo salir a Jenn, ella mira a todos lados y sube a un taxi. Después de casi una hora recibo la llamada que estaba esperando. —Hola, señorita. —Señor Pierre, su hermana salió y el esposo de la señorita Sarah... —¡Yo soy su esposo! —Está bien, su esposa se quedó sola y ya sé lo que hace el señor Lucas, tiene otro auto y pagó a un empleado para que lo dejara estacionar en la zona privada para doctores, así nadie lo verá salir y no llamará la atención. —Excelente trabajo, se lo agradezco. Maldito bastardo, te crees más inteligente que yo. Espero y