Anastasia estaba de pie junto a su ventana, observando cómo Isabella y Valery subían a su auto, la primera se detuvo un momento para despedirse con la mano, a lo que Anastasia respondió con un gesto similar, aunque sabía que no podían verla, antes de que el vehículo se pusiera en marcha. Mientras veía cómo el auto se alejaba, escuchó el sonido de su teléfono sonando desde el estudio, ella se dirigió hacia allí, murmurando entre dientes lo mucho que odiaba atender a clientes a altas horas de la noche, mientras tenía trabajo extra por hacer; pero después de todo, aquello era algo a lo que, como abogada, ya estaba acostumbrada. Cuando llegó al estudio y encontró su teléfono debajo de una pila creciente de casos de clientes, el aparato ya iba por el segundo tono, tomándose un momento, obser

