CAPÍTULO 54: Planeando el escape

1290 Palabras
Tú si sabes quererme© Safe Creative Código 2109289374098 Izel Escapar para poder ser feliz, esa es la frase que he adoptado y que seguiré al pie de la letra. Enrique y yo lo volveremos a intentar, tomaremos el primer vuelo que parta lejos de aquí y no le diremos a nadie, aunque a mi me pese no comunicarle nada a mi madre. Durante todos estos meses aquí en Madrid, he estado enviándole mensajes y llamándola casi diario pero, cuando me vaya con Enrique a quién sabe donde, no podré hacerlo así, ya que temo que la madre de él vaya con ella y le haga algo para sacarle la información. Sé que tal vez lo que pienso es bastante exagerado pero, puede ser verdad. Solo de imaginarme a la señora Pastora dándole un fuerte golpe a mi madre en el rostro me hierve la sangre, no puedo permitir que esto suceda. Sin embargo, tampoco le puedo mentir. No puedo decirle que estoy en Madrid cuando estoy en otro lado, así que trato de encontrar las palabras para confesárselo. ⎯Ya dime hija. Siento que nada mas le estás haciendo al cuento ⎯ escucho su voz del otro lado de la bocina del celular, mientras sé que se encuentra recorriendo el interior del mercado, gracias al ruido de las cazuelas moviéndose y de la gente gritando sus productos. Volteo a ver hacia atrás, asegurándome de que no haya nadie escuchándome en el taller y después de un suspiro, hablo ⎯ las cosas con Enrique no están saliendo tan bien como quisiera, ma. ⎯¿Y, eso cómo es?, ¿no me digas que el hombre te hizo algo? ⎯ pregunta preocupada. ⎯No, ma, no es eso. ⎯¿Entonces qué es? ⎯ insiste. Guardo silencio una vez más, porque no sé como vaya a tomar lo que le diré. ⎯¡Ay por el amor de Dios Izel!, solo dime. ⎯Enrique y yo nos escaparemos ⎯ le murmuro. Ahora mi madre es la que hace un silencio profundo, ⎯¿cómo que se escaparán?, ¿a dónde? ⎯No sabemos ⎯ respondo. ⎯¿No saben?, ¡Ay mijita explícate bien! ⎯ me regaña ⎯ no me hagas andar adivinando tus planes. ⎯No sabemos porque solo tomaremos un avión que vaya lejos de España pero, tampoco podemos irnos a México, contigo ⎯ hablo, y me quedo esperando por la respuesta de mi madre. Trato de no imaginar lo que está pasando por su cabeza en este momento, Tal vez piense que estoy loca o no sé, que algo ha pasado que no le quiero decir. Sin embargo, su respuesta me sorprende ⎯ ¿cuándo te vas? ⎯El día de mi lanzamiento de marca ⎯ digo en un murmullo, ya que no quiero que nadie de los del taller lo sepa. ⎯Enrique y yo aprovecharemos que todos están ahí, para irnos. ⎯Pero, ¿y tus diseños?, ¿tus cosas? ⎯ insiste. Suspiro ⎯ le dejaré a Thalia una carta pidiéndole que ella se encargue de todo mientras estoy ausente y a Caballero… ⎯ y al pronunciar su nombre me quedo en silencio porque en realidad no sé que le voy a decir ⎯ sigo pensando. ⎯Pero mi Izel, estás a punto de hacer tu sueño realidad, ¿estás segura de esto? ⎯Segura ⎯ le digo a mi madre sin titubear⎯ esta es la única oportunidad que tenemos y sé tiene que hacer así. ⎯¡Ay mija!, es que… no lo entiendo, ¿estás segura de que vas a interponer tus sueños por un amor?⎯ insiste. ⎯Madre, uno de los motivos por los que estoy aquí es porque Enrique me llamó. Si él se va, mis sueños se van con él; estamos atados. Escucho como mi madre habla con una marchanta del mercado, le pide diez kilos de pollo, después le agradece y continúa conmigo⎯¿Y al menos podré saber de ustedes?, me preocupa mijita que andes por algún lugar del mundo sin que yo lo sepa. Si esa doña Pastora es tan mal, ¿qué tal si te hace algo y yo no sé dónde estás?, no me hagas buscarte como las madres de aquellas jóvenes que jamás regresan. ⎯¡Ay no madre!⎯ expreso asustada, ⎯ no digas eso, te prometo que estaré bien. En cuánto pueda te haré una llamada para que puedas escucharme y ya después conforme vaya pasando el tiempo, te llamaré más seguido. ⎯Está bien… ⎯ contesta, aunque sé que la idea no le agrada para nada. Entonces, escucho como sollozos leves y después como trata de respirar por la nariz pero no puede; ella está llorando. ⎯Mamá… ⎯Perdón mija, es que es no sabes lo impotente y triste que me siento por ti. Quiero ser la madre fuerte que necesitas pero, me da mucho coraje que estés viviendo esto solo por necedades de otras personas. Tú al igual que todos tienes derecho a ser feliz y vivir tu amor sin esconderte y ahora, te me vas lejos… quién sabe cuánto. Confieso que las palabras de mi madre me conmueven y que, incluso, me han provocado un nudo en la garganta y hecho el corazón pequeñito.⎯ Te juro que no habrá día que no piense en usted, en mi papá, en mi hermano. Extraño mucho mi casa pero… ⎯Pero estás con quien tiene que estar y es lo que importa. Solo te pido que lo pienses bien mija, que si ves que hay peligro, no te metas en problemas; me dolería mucho no volver a saber de ti. ⎯No te preocupes, ma. Te juro que todo estará bien.⎯ Le aseguro. ⎯Qué Dios te bendiga mija, no le diré nada a tu padre y hermano pero, prométeme que me llamarás y me mantendrás informada. ⎯Te lo prometo⎯ respondo, para después escuchar como su voz se apaga del otro lado de la bocina dejándome completamente sola. Me quedo de pie sin moverme, sintiendo mi cuerpo débil y cansado. Tengo semanas que no duermo ni como bien. Desde hace tiempo que solo sobrevivo porque Dios me lo permite o porque mi proyecto me ha mantenido en mis cabales. Sin embargo, escuchar a mi madre así de preocupada, me ha pegado aún más, y comienzo a sentir que mi cuerpo está por desconectarse. ⎯¿Izel?⎯ escucho la voz de Caballero⎯¿estás bien?, te siento veo muy pálida. Volteo a verle y sonrío lo mejor que puedo ⎯Sí, si claro. Él me toma de la mano⎯ no me mientas, sé que algo te pasa. Has estado trabajando mucho y se nota que no descansas bien… ¿hay en algo que te pueda ayudar? ⎯No, todo bien⎯ insisto.⎯Solo vamos a ver como van los últimos toques para las piezas y dejar algunas cosas claras con respecto al diseño, ¿Thalia ya llegó? Caballero sonríe.⎯ Sí, está en la oficina viendo algunas cosas⎯ me dice. Luego me ve a los ojos⎯¿estás segura de que estás bien? ⎯Sí, sí. ⎯¿No me ocultas nada? ⎯ insiste. ⎯No, no te oculto nada, Miguel. Solo me iré a sentar unos minutos al sofá y luego estoy lista para regresar a ver los últimos detalles, ¿vale? ⎯Como desees pero, ¿te parece si te invito a comer?, de todas formas iba yo saliendo para el restaurante. Me quedo pensando si aceptar o no, aunque un malestar en el estómago me informa que es mejor que acepte, antes de que él siga insistiendo. Así, asiento con la cabeza⎯ bien, vamos, creo que comer no me hará daño. ⎯Perfecto⎯ me comenta, para después ofrecerme el brazo y salir de ahí. Solo espero que no se dé cuenta de mis planes, sobre todo, cuando faltan pocos días para escaparme con el amor de mi vida.
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR