CAPÍTULO 21: Atreverme

1485 Palabras
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2011045801413 TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Enrique  Jamás pensé que las cosas con Izel fueran así o que ella fuera la que pusiera las cartas sobre la mesa sin embargo, tiene razón si quiero enfrentar esto con ella debo estar preparado a lo que mis padres digan sobre ella y sobretodo a sus manipulaciones, lo que ocasionaron que Eira y yo termináramos. Así, que si deseo que esto funcione y mi relación con Izel vaya más allá que un intercambio estudiantil, tengo que hacerlo a mi manera, a nuestra manera. —Estoy dispuesto — le digo viéndola a los ojos— estoy dispuesto a todo, ya te dije que si es contigo lo lograré. —Entonces no hay nada que temer, que venga lo que tenga que venir— me sonríe. —Te amo tanto Izel Santa Cruz, de verdad me has robado el corazón. —No solo es robar el corazón, es mantenerlo latiendo siempre— suspira— necesito Enrique que estes dispuesto a hablar siempre con la verdad y dejar de ocultar cosas. A la larga eso no es bueno y aunque la verdad duela siempre es mejor que una mentira tan irreal que parezca fantástica. Acaricio su rostro y junto mi frente con la suya — siempre dices cosas tan reales y tan bonitas, que siento que estoy al lado de una mujer muy sabia. —No soy sabia, sólo que no estoy acostumbra a las mentiras y a los dramas, me gustan las cosas como son, en todos los sentidos. —Aún así, sé que estoy a lado de una mujer maravillosa y me siento afortunado de que me hayas escogido— recito. —Nos escogimos, veamos si el destino hizo buen trabajo — dice— Izel frota su nariz contra la mía y luego me da un beso —¿qué te parece si vamos a caminar?, quiero ver más de este hermoso lugar y tomar muchas fotos. La tomo de la mano—sígueme, exploremos juntos. Así, con un poco más de tranquilidad en mi corazón y sabiendo que Izel no es como ninguna otra mujer que he conocido, ambos caminamos bosque adentro. Ella va tomando fotos del paisaje y pequeños videos, luego yo tomo algunos de ella admirando detalles que yo jamás había notado o que simplemente ya había pasado por alto. Continuamos caminando hasta el punto en que empiezo a no reconocer el rumbo, así que me detengo de inmediato jalándola un poco. —¿Qué pasa? — pregunta borrando su sonrisa. Volteo hacia ambos lados tratando de recordar el camino que nos lleve de regreso pero me es imposible —espera, creo que no sé donde estoy— le confieso. —¿En serio? — pregunta ella un poco asombrada — no solías venir seguido. —Sí, pero jamás me había alejado tanto, ahora no sé dónde me encuentro — saco el móvil del bolsillo de mi abrigo y veo que no hay nada de señal— demonios— murmuro. —No te preocupes, sigamos caminando a ver a dónde nos lleva el camino. Por lo que vi la ciudad está rodeada de bosque y montañas así que seguro llegamos a ella si seguimos caminando colina abajo. Empiezo a sentirme nervioso, no me gusta tanto la aventura como Izel, sólo la aventura que yo puedo controlar. Mi novia se acerca, me toma de la mano y sonríe — un poco de aventura no está nada mal, así se hacen las buenas anécdotas y se generan los recuerdos. —Pero, empieza a hacer frío y empieza a obscurecer— le indico— Izel, no estoy acostumbrado a hacer esto. —¿Hacer qué? — inquiere. —Aventurarme, no soy un aventurero, me gusta irme a lo seguro— confieso. —O.K, entonces hagamos algo — propone y se suelta de mi mano para luego caminar un poco lejos de mí. —¿Dónde vas?— pregunto. Izel llega hacia un árbol cercano y con una habilidad que no conocía trepa en el tronco para luego subirse a una de las ramas. —¡Ey!, espera… te vas a caer y lo que menos necesito es que te ropas una pierna— exclamó. Ella se ríe— no, crecí rodeada de árboles en el campo, soy una experta trepando, así que subiré hacia la copa y ubicaré la cabaña donde nos quedaremos o el lugar más cercano donde haya civilización, estoy segura de que no estamos tan alejados. Izel sigue subiendo, lo hace con tanta facilidad que llega de inmediato a la punta. Yo por lo mientras la espera abajo con los brazos estirados en caso de que ella se pueda caer y yo la atrape, aunque la verdad no estoy seguro si lo lograré. —Pues malas noticias— grita desde arriba— sí estamos super lejos de tu cabaña pero estamos más cerca de otras cabañas. —¿Unas cabañas? — pregunto. —Sí, hay un grupo de cabañas por ahí, tal vez nos puedan ayudar, ¿qué dices? Volteo a ver hacia el camino y suspiro— vale, pero baja que me estás poniendo nervioso— expreso. Izel, sin dudarlo dos veces comienza a bajar del árbol y cuando menos me doy cuenta ya está de regreso con sus pies sobre el suelo, se sacude el abrigo y luego veo como cambia su rostro de felicidad a sorpresa. —¿Qué?— pregunto. ¿Qué es lo que están haciendo en mi propiedad? Escucho detrás mío y al voltear veo a un hombre con un arma en sus manos y apuntándonos. Izel de inmediato se pone detrás mío y yo la protejo con mi cuerpo. —¿Su propiedad? — pregunto con la voz temblorosa. —Así es, ¿qué no leyeron el letrero?, es propiedad privada, ¿qué es lo que hacen aquí?— insiste—¿a caso vienen a robarme? —No, no, claro que no señor, la verdad es que no sabíamos dónde… —No perdimos— interrumpe Izel — no somos de por aquí, sólo venimos a pasar un fin de semana y decidimos salir a caminar, estamos algo lejos de nuestra cabaña. El señor baja el arma para después ponerle el seguro moviendo la cabeza en negación — turistas, siempre lo arruinan todo. —Lo sentimos señor, no queremos causarle molestias, regresaremos por dónde venimos y nos alejaremos de su propiedad— aclaro tomando la mano de Izel. —No, espera de verdad estamos lejos y está obscureciendo no vamos a llegar — habla Izel. —Lo sé, pero prefiero perderme en el bosque que terminar muerto por un desconocido en medio de la nada. —No creo que nos mate— dice ella mientras voltea a ver al hombre que ha encendido un puro — es un hombre solitario pero no un asesino serial. —No soy un hombre solitario— habla el señor haciéndonos voltear— mi esposa y mi hijo me esperan a cenar en mi casa que está justo para allá, sólo que los sensores que tengo en el terreno se activaron y vine a ver qué es lo que pasaba. Su novia tiene razón, hace frío y pronto obscurecerá, puedo darles refugio en una de las cabañas que tengo para los trabajadores y mañana regresar a su lujoso hotel. —Casa— corrijo e Izel mueve la cabeza en negación por mi comentario. —Casa, hotel, me da igual. Vámonos antes de que algo peor nos encuentre— comenta y comienza a caminar vereda abajo. Izel lo sigue y yo le tomo del brazo — ¿dónde vas? —Pues con él. —Izel, no conocemos al señor, ¿qué tal si nos lleva a una trampa? — pregunto desconfiado. Ella comienza a reírse — ¿siempre eres así de desconfiando? — pregunta —no te veías así en Madrid. —Pero es que Madrid es un lugar que conozco, aquí no. Izel sonríe — si le tienes miedo a la aventura ¿cómo te atreverás a enfrentar el mundo?, si siempre buscas la comodidad le das armas a las personas para manipularte y te volverás predecible, así que siempre sabrán qué darte para acceder a sus deseos — comenta y no sé porque siento que no está hablando de ir con el señor a la cabaña, si no de otra situación— vamos, confía en mí, tengo la impresión que tendremos una anécdota por contar mañana, anda. Tomo de nuevo su mano y suspiro—está bien, vamos. Izel comienza a caminar siguiendo al señor que se ha detenido para esperarnos. Esto es algo fuera de lo común para mí, algo que jamás hubiera hecho por mi cuenta, pero al parecer con Izel no sólo saldré de mi zona de confort, sino que me esperan grandes aventuras, lo único que debo hacer para vivirlas, es atreverme.
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR