Tú si sabes quererme©
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Thalia
- Un mes después -
Sé que muchas personas no van a creerme pero, la oportunidad que nos dio Miguel Caballero es una en un millón y yo nunca pensé que la tendría también. Gracias al talento de Izel, mi nombre está a punto de ser parte de una de las marcas de joyas actuales, más famosas que hay y, confieso, no puedo de la emoción.
Estoy consciente que este es el sueño de Izel, mi amiga, haciéndose realidad. Sin embargo, ahora ambas lo compartimos y hemos puesto durante todo este tiempo alma y corazón para que se logre. Así que ahora, ver sobre una tela fina el primero de sus collares literal me hace derramar unas lágrimas de emoción, sobre todo cuando una etiqueta la lado dice “Santa Cruz- Barceló”.
⎯¿Qué piensas? ⎯ me pregunta Miguel, acercándose hacia mí con unos guantes de tela para poder tomar el collar ⎯ ¿precioso no es cierto?
Asiento con la cabeza ⎯ Confieso que vi a Izel muchas veces diseñando en la universidad, y en el taller pero, verlo así, recién hecho y con esta etiqueta, es irreal.
⎯Lo sé, pero es precioso ⎯ me dice, para luego ponerlo sobre la tela de nuevo y acomodarlo. ⎯ He hablado con todos mis contactos para la fiesta de lanzamiento, todos estarán aquí Thalia, así que mas te vale que llegues con un vestido despampanante.
⎯Ya lo diseñé, le he pedido a mi modista que comience a hacerlo. Además, Izel me comunicó que seré la afortunada que lleve uno de sus preciosos conjuntos originales, y que puedo quedármelo.
Miguel se ríe ⎯¿eso te prometió? Parece que no lo consultó con su otro socio.
⎯No te pongas celoso, seguro que te hace algo para recompensarte todo lo que te ha dicho sin querer ⎯ le comento, al recordar las veces que Izel no ha medido su vocabulario y lo que piensa.
Ambos caminamos hacia la cafetería del taller y él se mete detrás de la barra para comenzar a servir café ⎯¿Quieres? ⎯ me pregunta.
⎯Yo soy de té, un rico té me gustaría ⎯ respondo.
Miguel se voltea para comenzar a preparar las bebidas, mientras yo reviso los correos en mi móvil. Jamás en mi vida había tenido tantos y ahora todos sumamente importantes, por lo que he tenido que desuscribirme de varios lugares donde me envían correos basura.
⎯No me importa, ¿sabes? ⎯ me interrumpe Miguel, haciendo que voltee a verlo.
⎯¿Qué no te importa?
⎯Lo que dijiste de Izel. Que sea brutalmente honesta y a veces diga cosas que no son.
⎯¡Ah! ⎯ respondo, para luego volverme a la pantalla del móvil.
Escucho como él prepara el té y me lo pone sobre la barra ⎯ Llevo tiempo conociendo y siendo amigo de Izel y veo que ella es muy hermética conmigo.. ¿siempre ha sido así? ⎯ me pregunta.
Volteo a verlo de nuevo y esta vez guardo mi móvil para que nada me distraiga ⎯ gracias por el té ⎯ le comento y lo tomo para darle un sorbo.
⎯Ella, hace tiempo atrás me comentó que sufrió de r*****o… ¿sabes algo de eso? ⎯ insiste.
Suspiro ⎯ bueno, si Izel no te quiso contar, eso quiere decir que no está interesada en que alguien más lo sepa.
⎯Pero, ¿entonces lo sabes?
⎯¿Es relevante para nuestra alianza? ⎯ inquiero.
Miguel, me lanza esa mueca tan seductora que, después de un tiempo, se convierte en esa sonrisa que a todos conquista. Él toma un sorbo de café para luego rascarse la tupida pero bien arreglada barba ⎯ no es relevante, pero me gustaría saber más sobre mi diseñadora.
Por unos momentos nuestras miradas se cruzan y él levanta la ceja; si lo conozco bien sé que está ocultando algo. Así que niego con la cabeza ⎯ no, Izel ya está sufriendo mucho.
⎯Solo quiero saber qué pasó. Estoy interesado en su bienestar, ella ahora es mi amiga…
⎯No Miguel. Deja a Izel Santa Cruz fuera de tu vista o protección… ella está bien como está y no necesita más problemas.
⎯No estoy empezando un problema, simplemente quiero saber ⎯ me comenta.
Me pongo de pie ⎯¿Por qué? En todo este tiempo no habías preguntado por ella así y ahora, ¿quieres saber todo?
⎯Es por seguridad… ⎯ insiste.
⎯O, ¿es por qué te gusta? ⎯ lanzo la pregunta, haciendo que él desvié la mirada hacia otro lado y luego la regrese para que nuestras pupilas se crucen. ⎯¿Di en el clavo?
⎯No tiene nada de malo. Izel es una mujer muy guapa, talentosa, agradable y hasta donde tengo entendido, soltera… ¿qué tiene de malo? ⎯ se defiende.
⎯Ya te dije, Izel por ahora no puede entablar una relación contigo por más que quisieras porque ella está enamorada de otro. ⎯ Sentencio y juro que, a pesar de que Miguel también es mi amigo y mi socio, siento la necesidad de proteger a Enrique.
Miguel suspira ⎯ Ya veo ⎯ para después tomar un sorbo de café.
Por alguna razón me siento responsable de lo que acaba de pasar, así que vuelvo a sentarme sobre la silla alta y lo veo a los ojos ⎯ ella ha sufrido mucho, sigue sufriendo, lo mejor que puede hacer es concentrarse en el trabajo Miguel. Confórmate con que eres el hombre que hará su sueño realidad. ⎯ Le pido.
Él asiente con la cabeza, aunque no estoy segura de que haga lo que yo le pido. ⎯ Está bien, entonces me conformaré con eso ⎯ habla en tono serio. Miguel se toma de un sorbo el resto del café y luego de dejar la taza sobre la barra me muestra una media sonrisa ⎯ me voy. Tengo que ir a ver asuntos de mi familia.
⎯Está bien pero… ¿estamos bien, cierto? ⎯ me aseguro de que no haya arruinado todo con mis palabras.
⎯Todo está perfecto ⎯ responde y me da un beso sobre la mejilla ⎯ hasta luego Thalia, nos vemos mañana ⎯ finaliza, para después alejarse de mí, dejándome en medio del lugar.
¿Habré metido a Izel en problemas?, pienso, mientras sigo la figura alta de Miguel alejándose. ¿Ella sabrá Miguel siente atracción por ella?, creo que es mejor que Miguel sepa su lugar.
Sé que la situación con Enrique en este momento es complicada y que eso los ha separado. Sin embargo, no creo que una persona más en la ecuación los ayude a ambos aunque, aún no sé como es que Enrique se zafará de ese matrimonio, sobre todo cuando Izel aún no sabe que Carolina está enferma... y ese secreto no sé si le agrade.