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Salvador
Mientras me fumo un cigarro recargado sobre mi auto, no puedo dejar de pensar en lo que hablé con Enrique esta mañana, en la decisión en su mirada, en ese “yo la amo” que despertó otra vez el miedo en mí. La imagen de Enrique en la bañera aparece ante mis ojos. Ese día que por milagro pude entrar a su piso y salvarle la vida cuando se desangraba y empezaba a caer dormido. Pensé que perdía a mí mejor amigo, al padrino de mi hijo, a ese hombre que me ha acompañado durante toda mi vida y todo por haber perdido al amor de su vida.
Saco de nuevo la cajetilla de cigarros y tomo otro para encenderlo. Cuando estoy estresado o nervioso comienzo a fumar como loco, así que creo que de nuevo tendré que volver a las gomas de mascar antitabaco porque presiento que los próximos meses el estrés siempre estará presente. Tiro al suelo el cigarro que acabo de encender, ya que a lo lejos veo que Thalia viene hacia mí y a ella no le agrada el aliento a tabaco.
―Thalia― hablo cuando se acerca.
―¿Tienes un cigarro? ― me pregunta apurada y yo de inmediato saco la cajetilla y le ofrezco uno. Me preocupa, Thalia había dejado de fumar cuando se enteró que deja los dientes amarillos, pero al parecer hemos regresado.
―¿Qué pasó? ― le pregunto.
―Izel es diferente― es lo primero que sale de sus labios― muy diferente a Eira y no será fácil mantener todo en secreto como lo quiere Enrique, como lo quieres tú.
―¿Entonces el plan salió mal?
―¡Qué plan Salvador!, ¿el de hacerme amiga de Izel para protegerla de que no sepa lo que puede pasar?, ¡claro que salió mal!
―No te alteres Thalia, no pasa nada. Es sólo un plan adverso al de Enrique, para ayudarle y advertile a Izel que posiblemente esto puede terminar mal o más bien, él puede terminar así.
Thalia niega con la cabeza y da otra bocanada al cigarro― Izel es fuerte, intuitiva, decidida… no es como Eira que era un poco más pasiva. La mexicana sabe lo que quiere y empieza a sospechar que algo pasó con Enrique y su otra novia. Además de que piensa que traté de compararla con Eira en cuestión de los problemas que tuvo con Enrique. No va a pasar mucho tiempo para que Izel se dé cuenta de que su relación con él tiene algo de fondo. No la podrá engañar mas.
Me quedo en silencio escuchando el relato de Thalia. Sí, Izel es diferente a Eira, no sólo físicamente si no que su carácter es diferente. Si la familia de Enrique le hace algo como le pasó a Eira, puede que el resultado sea diferente, para bien o para mal. Vuelvo a tomar una bocanada del cigarro y veo a mi preciosa novia. Debo admitir que me alegra tener una novia como Barceló y que mis padres no sean nada como los de Enrique. Me hubiese gustado que él se hubiese enamorado de una de mis hermanas y así prevenir lo que pasó.
―¿La llevaste al restaurante que te dije? ― pregunto sólo para romper el silencio incómodo que se ha hecho entre los dos.
―Lo hice. Izel no se deja impresionar Salva, tampoco no son lugares a los que ella esté acostumbrada. La sentí incómoda, aunque después tuvimos una buena plática, ya veo porqué a Enrique que gusta tanto. En verdad es una mujer muy centrada, con un objetivo, un propósito. Me hizo sentir mal a mí en la elección de mi carrera y mis actitudes― habla Thalía y luego se ríe bajito― es brava, fiera, puede que sea tímida en algunos aspectos pero cuando se trata de algo que quiere.
―¿Crees que lo de ella ey Enrique se dé?
Thalia asiente― ella me dijo que lo quiere y yo le creo. Si Enrique habla con Izel al respecto de lo que pasa en su familia estoy segura que ella lo entenderá a la perfección, no sé porque tiene miedo.
―Lo tiene porque ya no podría perder a una persona más. Sabes que él estuvo muy enamorado de Eira y luego tuvo que romperle el corazón para salvarla y salvar todo a su alrededor. Él ingenuamente pensó que si sus padres lo veían enamorado entenderían y cambiarían de opinión. Sin embargo, los prejuicios, el r*****o y el “estatus”, pudieron mas. Por eso tiene miedo, de volver a enamorarse y perder a la persona amada, pero el amor no se puede evitar Barceló, pasa porque pasa y el corazón se queda dónde se siente feliz.
Thalia me sonríe y me abraza. En mi caso, ella es la mujer de mi vida y me encantaría que pronto se casara conmigo y nos fuéramos a vivir juntos, incluso con mi hijo Salvador que lo cuidan mis padres mientras yo termino mis estudios.
―No sabía que era tan romántico― me dice al oído.
―Enrique me obliga a ser más romántico que él ― bromeo y ella se ríe. Suspiro― como amigo de Enrique debemos ayudarle a que él e Izel están a salvo mientras deciden qué hacer. Sé que no podremos evitar lo inevitable pero al menos darles un poco de tiempo. Izel en unos meses se regresará a México y al menos dejarlos disfrutar, ¿no crees?
―Creo que será lo mejor.
―Perfecto, entonces te voy a pedir que te lleves a tu piso a Nuria.
―¡Qué! ― expresa Thalia sorprendida ― no por favor, sabes que Nuria me agrada pero vivir con ella, no.
―Thalia, Enrique planea levantarse todos los días a las 5 de la mañana para ver a Izel y luego por la noche. Ella vive en una residencia y los horarios son limitados. Venga, Enrique necesita su piso para estar con ella.
―¿No puedes hospedarla en uno de tus hoteles?
―No, sabes que mi padre en eso está muy pendiente. Desde que nació Salvador y tuve problemas con mi ex, me tiene bajo la lupa. Si se entera que Nuria de León está en uno de los hoteles generará alarma y puede ser peor. Te lo pido, recibe a Nuria y si puedes convencerla de que se regrese a Londres.
―No tienes idea de lo que me estás pidiendo, ¿qué tal si se queda meses aquí?, aún así se enterará de Enrique e Izel. Aunque no entiendo porque no se lo quiere decir si su hermana es muy diferente a sus padres.
―Sabes que Nuria no es la persona más astuta y es sumamente imprudente, ¿no recuerdas que por ella su madre se enteró que Eira era de piel negra?, por una imprudencia. No queremos que vuelva a pasar.
Thalia tiró el cigarro al suelo y lo aplastó con la bota ―está bien, pero si ya iba casi diario a tu piso, ahora iré diario.
―Y serás bien recibida amor mío ― le digo mientras le doy un beso sobre los labios ― ayudemos a Enrique, creo que se lo merece después de todo lo que pasó. Sé que esta vez lo hará bien y que su amor por Izel es fuerte, me atrevo a decir que más fuerte que antes.
Thalia me sonríe― hagámoslo, al final nosotros somos sus único apoyo y nadie más lo hará. Sólo espero que Izel no le diga nada del malentendido en el restaurante.
―Esperemos que no mi amor, esperemos que no. No me gustaría que eso causara un mal entendido entre los dos y tuviéramos que actuar ahora de cupidos―ella se ríe.
―Me alegra que lo nuestro no sea así, que a pesar de todo, seamos libres para amarnos. Hagamos que Izel y Enrique sean libres como nosotros.
―Hagámoslo― respondo con la gran corazonada de que esta vez, todo saldrá bien.