Isis:
¿Quién se cree él al desafiarme y levantarme de esa manera?. Él no tiene autoridad sobre mí, de seguro pensará que yo seré la típica chica que caería a sus pies. Aunque... Daren no se ve nada mal, ¡NO ISIS! acabas de decir que tú no serías la típica chica esa, ¡No te contradigas! No te trajeron a este raro lugar a enamorarte.
Mierda, se me olvidaba que debo ir a bañarme. No me arrepiento de haberle hecho eso al niño Daren, él se lo buscó, yo le advertí y no me quiso hacer caso.
¿Qué será de la vida de los demás allá abajo? ¿Habrán seguido con sus vidas? Bueno, mi novio me quería mucho así que debe de estar buscándome, pobrecito. Iré a cambiarme y más tarde les preguntaré a las musas.
Al fin, llegué a mi posada.
Me duele la cabeza, no debí seguirle el gusto a Ingrid. Hablando de ella, debo apresurarme porque tres locos juntos no pararán en nada bueno.
Tomé una ducha rápida y me vestí con lo primero que vi. Por suerte la vestimenta de aquí no es tan anticuada; la mayoría son vestidos cortos con colores pasteles y zapatos cerrados o sandalias. Para las galas son vestidos largos, la mayoría de color blanco y para los pies solo nos permiten sandalias bajas.
En el momento exacto que salgo de mi posada veo a todos correr en dirección a la salida, pregunto qué pasa y obtuve como respuesta que los chicos ya habían regresado.
Me emociono ya que tuve la oportunidad de hablar con Ada en estos días, bueno, yo hablaba y ella solo me devolvía una mirada asesina que alertaba que era mejor dejarla sola.
Ada es difícil de lidiar y es algo arrogante, en realidad es bastante arrogante, aún así yo puedo sentir que en el fondo ella lo que más quiere es que alguien le dé cariño y yo como compañera de dormitorio intentaré dárselo. Quiero ser una amiga para Ada.
Me uno a la multitud y logro encontrar a Ingrid.
—Me abandonaste— protesta Ingrid con mirada cansada. —Pero te perdono, ¿Qué hacemos aquí?
—¿Estás caminando sin saber hacia dónde y ni por qué?— le pregunto y ella se encoge de hombros —Vamos a recibir a Ada y a los demás, o eso es lo que me dijo una chica.
—Ash y yo que quería que Ada fallara...— murmuró Ingrid.
—Ingrid no hables así. Ada es nuestra compañera y ella no te desearía eso— le reprendí e Ingrid puso los ojos en blanco.
Estamos en la entrada esperando a los chicos. Las musas están por delante de todos nosotros, aunque ahora que logro ver mejor, hace falta Talía. Miro a Ingrid y se encoge de hombros. —¿Qué pasó en el jardín después que me fui?— le interrogué.
—No lo sé, cuando volví de mi viaje sólo vi a Said tumbado al lado del árbol de manzanas— respondió.
Busco rápidamente entre los demás a éste chico en específico. Si Daren no está aquí, creo saber dónde está la musa Talía. Ayudando a Daren a buscar la entrada al inframundo.
No sé por qué quiero detener el viaje de Daren, en realidad es problema de él, si él quiere bajar y morir es también problema de él. Sin embargo, siento que debo detenerlo a toda costa. Le ordeno a Ingrid que se quede mientras voy a ver algo.
Me alejo de la multitud solo para buscarlo a él. ¿En dónde están? Un momento... ¿Y si están haciendo otra cosa? ¡QUE ASCO! No me gustaría sorprenderlos mientras hacen eso... ¿O sí? ¡¿Pero qué mierda estoy pensando?!. Mejor me regreso. Daren no es nadie importante para mí, no soy su mamá, tampoco su ángel guardián ni nada parecido.
Soy una tonta, ¿Qué me pasa?
Regreso a la multitud y me coloco al lado de Isis. Daren sigue sin aparecer.
—Ahí vienen— Me anuncia Ingrid.
Al principio todos estaban felices de verlos, pero al ellos acercarse más las sonrisas de sus rostros iban desapareciendo. Los chicos venían con moretones y rasguños. ¿Pero qué tipo de monstruo era ese?.
Las puertas se abren y entran los chicos. Las musas les dan la bienvenida con una sonrisa, pero ellos no les respondieron de la misma manera. El chico de cabello anaranjado da un paso adelante —Era una serpiente gigante ¡NOS ENFRENTAMOS A UNA SERPIENTE GIGANTE!— expresa malhumorado. —A Eder casi se lo come entero, pero él logró matarla, ¡Casi morimos! yo no sé ustedes pero yo no me quedaré aquí— dijo esto último tirando sus cosas al suelo y se fué apartando a todos.
El silencio invadió el lugar, nadie podía creer lo que ese chico dijo, ni yo. ¿Una serpiente gigante? ¿Eder casi muere? Esto no es para nada un juego. A todos se les podía ver el miedo en sus rostros, se sentía una tensión bien fuerte.
Las musas murmuran entre ellas.
Una de ellas se acerca al centro y empieza a hablar —Entendemos que tengan miedo, pero necesitamos de ustedes, tienen que derrotar a los Titanes y créanme que Pitón es un monstruo diminuto al lado de los Titanes.
¿Qué dijo? ¿Pitón? ¿Los Titanes son peores que una Pitón gigante? Estoy con ese chico, yo también quiero volver a mi casa.
—¡Queremos volver a nuestras casas y seguir con nuestras vidas!— protesta una chica en la multitud, no logré verle el rostro.
—Lo lamentamos pero no podemos hacer eso— suelta una de las musas con voz relajada —Ustedes ya no existen en ese mundo.
—¿Cómo que no existimos?— pregunta Ingrid.
—Ustedes simplemente desaparecieron en ese mundo— responde la musa e inmediatamente todos se alarman. ¿Cómo que desaparecimos? ¿No nos están buscando nuestras personas queridas? Mi novio no se quedaría sentado esperando mientras yo "desaparecí". Él debe de estar buscándome por todos lados y volviéndose loco.
Espera Isis... ¿ Y si tal vez nos quieren engañar para que dependamos sólo de éste mundo?
—Todos teníamos seres queridos allá, seres que no se quedarían esperando a que simplemente reaparezcamos... ¡Yo quiero verlos ahora!— exploté contra las musas.
—Tienes razón. Por suerte hay una manera de verlos, mañana temprano podrán verlos, disfruten del día—La musa soltó esto último desapareciendo junto con las demás.