La atracción mental es mucho más fuerte que la física, de una mente no te libras ni cerrando los ojos.
Me quedo paralizada sin saber que hacer o decir, el está apoyando en una esquina cruzado de brazos mirándome como si yo fuera lo más interesante y excitante de este mundo, nunca nadie en toda mi vida me había mirado de esa manera, me hace sentir aterrada , no entiendo que es lo tan interesante que puedo ser y yo lleno de curiosidad al pensar porque me mira tanto, lo miro fijamente para que entienda que es perfectamente que me mira, lo único que hace es enarcar una ceja y me mira sin descaro alguno y eso me molesta, no debe mirarme y mucho menos de esa manera, su mirada pasa por todo mi cuerpo, y se detiene en mis ojos que mira fijamente, esperando algo de mí que no se que es, pero de lo que sí estoy seguro es que no va a pasar. Ese uniforme naranja le queda muy bien, aunque hasta una bolsa de basura le quedaría bien, es tan guapo e intimidante, su altura lo ayuda mucho, debe medir casi dos metros y tantos músculos no lo ayudan, pero sin duda lo que llama la atención son los tatuajes que resalen de sus brazos, pero a mí personalmente lo que me llama más la atención son esos ojos azules como zafiros, nunca en mi vida, había visto unos ojos tan penetrantes, profundos e intensos. Todo el llama peligro y oscuridad, lo que me hace estremecer y pensar ¿Por qué me mira tanto?
- doctora- murmura una persona y rápidamente salgo de mi trance y retiro la mirada de ese hombre
- dígame enfermera- hablo dándole toda mi atención
- tiene un paciente, todos están ocupados y sé que usted está en su receso pero ... podría hacerme el favor de atenderlo pide y asiento algo confundido
Camino con ella y veo en una camilla a un chico muy joven, seguro no pasa de los 18 años, es un niño
- hola, soy la doctora Andrea y usted será mi paciente hoy, ¿Cuál será su nombre? - le pregunto con educación y dulzura, el chico me mira a los ojos y se sonroja, siento una mirada en mi espalda y miro de reojo y hay está el demonio sexy mirándome y con el ceño fruncido
-bueno.. yo.. ¿mi nombre? - pregunta nervioso y Asiento con una sonrisa- Lincoln- murmura
- un gusto Lincoln- le digo- ahora cuéntame qué te trae por aquí? - le pregunto mientras me pongo unos guantes y acomodo mis gafas
- yo .. Tengo golpes- dice y se queda callado mirando a mis espaldas
- tienes más que golpes?, esto es una gran golpiza - le aseguro y asiente con miedo- qué tal si te examinó y después nos tomamos un café cremoso con galletas y me cuentas qué paso? - le sugiero y asiente no muy convencido. Ahí está mi lado humano y comprensivo, no puedo evitar sacar mi lado de protección al verlo tan indefenso
- ¿café cremoso? - pregunta con ilusión y asiento con una sonrisa de las más sinceras que él dado.
- si, hay una máquina gloriosa que salen cafés deliciosos y tengo galletas de coco y vainilla muy deliciosas- trato de provocarlo para que acepte
- que tal si me da el café y las galletas y no hablamos- me propone
- ¿me estás rechazando? - le pregunto con fingido dolor
- debería que ser ciego para hacerlo- murmura sonrojado
-¿entonces? - le pregunto mientras lo examinó
- no puedo tener esa conversación- susurra y es ahí cuando me doy cuenta que realmente algo anda mal.
- mírame - le pido y conecta sus ojos chocolates con los míos -puedes confiar en mi, te lo aseguro. - le digo con una sonrisa- sea lo que sea que estés pasando puedes confiar en mí quién quita y pueda ayudarte para que no te den otra paliza
- para eso tendrían que cambiarme de celda - murmura con ironía y asiento
- te daré un dato curioso soy desafortunadamente para mí y afortunadamente para ti, la hija
del director de la cárcel - le digo quiñándole el ojo, me mira sorprendido
- ¿Enserio? - me pregunta y asiento
- ahora quiero que me digas qué pasó? - le pregunto y suspira
- el café y las galletas? - me pregunta y Asiento.
- enfermera - la llamo - véndale todo el abdomen - le pido. - ahora regreso- le digo a mi paciente, voy a mi consultorio y saco de mi bolso una bolsa de galletas y la meto en mi bolsillo de la bata.
Voy a la maquina de cafés que vi en el consultorio de karlos, tocó la puerta.
- pase - murmura el, entro y lo veo sentado en su escritorio tomando un café de lo más tranquilo, este idiota pasa todo el día haciendo nada. Solo coqueteando y hablando por teléfono
- hola - murmuró con una sonrisa. Alza la vista y me mira con coquetería
-¿Que tal tu primer día? - me pregunta
- bien, muy movido - digo y asiente mientras mira mis pechos, realmente no sé qué puede ver, porque con esta ropa que llevo no se nota nada- así es aquí, uno aprovecha el tiempo libre para un café. - murmura viendo mi cuerpo
- es asi siempre? - le pregunto y asiente
- casi siempre - murmura y asiento
- ¿Podría tomar dos cafés? - le pregunto con una sonrisa coqueta
- dos? - pregunta- no es mucha cafeína para ti? - me pregunta y niego.
- nunca es suficiente en este ambiente- murmuró y Asiente
- en sí estoy de acuerdo contigo, yo soy adicto al café y por eso traje está máquina, aunque tú no pareces ser adicta al café, pareces más el tipo de chica que se cuida mucha - aprieto los labios
- no soy el tipo, Porque no soy un prototipo, simplemente soy yo. Gracias por el café - digo con una sonrisa y rápidamente me giro a tomar dos cafés con crema, azúcar y leche. Miro el café y está muy espumoso perfecto. Salgo rápidamente de su consultorio con los cafés.
-¿ te dio café? - me pregunta la doctora Adriana
- si¿ Porque? - pregunto
- no le da a nadie café de esa máquina con facilidad- murmura con molestia mientras se va. Ruedo los ojos y llego a mi paciente y le entrego un café
- disfrútalo - le digo y saco de mi bolsillo las galletas- eres muy afortunado Porque yo no le doy a nadie de esas galletas, las hace mi madre para mí. - le digo y le pasó una y la come rápidamente.
- maldición! Son muy buenas! - murmura y toma del café - me da otra? - me pide haciendo caritas
- dime ¿Quién te dio esa golpiza? - le pregunta y no dice nada - al parecer no te ganaras una galleta y más nada conmigo - le digo tomando asiento en una silla mientras tomo mi café y como una galleta
- está bien.. solo porque ha Sido muy buena conmigo - murmura - cuando eres nuevo, flaco y joven como yo, te quieren reclutar para tenerte, así sea como esclavo, mensajero o puta - dice y quedó sorprendida - si no accedes a eso terminas como yo, con una golpiza que es un aviso o muerto
- Dios mío - murmuro aterrada
- así es, el tipo que está en mi celda el me quiere como su puta - murmura con odio.- soy la carne fresca
- por supuesto que no - murmuró molesta - no eres gay cierto? - le pregunto y niega
- No. No. Jamás - asegura- por eso me golpeo
- déjamelo a mi. - le digo con seguridad- ese tipo no te hará nada. - le aseguro- no serás su puta - le aseguro- mientras te quedarás en la enfermería - le digo y asiente feliz-espero que no me estés engañando o algo así porque no querrás conocer el verdadero infierno y lo bruja que puedo ser - le digo quiñándole un ojo.
Después de atender tantos pacientes estoy agotada pero mi jornada laboral aún no termina
- doctora será que puede ir por estos medicamentos al almacén de medicamentos- me pide con una sonrisa la enfermera y como negarme si es una señora y aparte muy amable, todo el día ha estado pendiente de mi y de pasarme a los mejores pacientes.
- claro - digo con una sonrisa y me Dirijo al almacén, pongo mi tarjeta de acceso y la puerta se abre y están las luces prendidas que raro. Empiezo a buscar los medicamentos que tengo en la lista y para mí sorpresa empiezo a escuchar sonidos, acomodo mis lentes y busco los sonidos. ¿Serán ratas? Tomo una varilla de hierro de un estante y camino hacia los sonidos que son el lo último del almacén, a medida que me voy acercando empiezo a escuchar con más claridad, eso no son ratas , son gemidos, no creo que las ratas suenen así. Camino más rápido y con molestia. Cómo puede ser posible que hayan Personas irresponsables que tomen este lugar para follar como animales, los gemidos se convierten en grito y cuando estoy a un metro de distancia con la varilla golpeo fuerte un estante , provocando que haga un ruido alto, haciendo que ellos se asusten, más bien la puta que están follando Porque el tipo ni se movió.
- este lugar no es para follar - murmuró alto. El hombre sale de la mujer y la empuja, evito mirar su entre Pierna.se quita el condón y lo tira a mis pies sin mirarme, lo miro Furiosa, alza sus pantalones
- ni follar en paz dejan - murmura la puta - saben que en mi descanso estoy con mi novio - murmura con molestia de separa del hombre que no me da la cara. Miro a la Maldita rubia que coqueteaba con mi papá sin descaro, cuando me ve se pone pálida
- no sabía que utilizabas esta hora para follar - murmuró con odio. - que alcances los tuyos enferma de quinta categoría, ayer coqueteabas con mi padre como si tu vida depende de ello y ahora te encuentro aquí y follando. ¿Enserio es tu novio? ¿Así le dices a todos con quiénes follas? - le pregunto con odio.
- yo ..- Murmura
- tú eres la clase de mujer que no vale nada - murmuró con seguridad mirándola fijamente- solo eres una gran puta- murmuró - oye tú, ¿Enserio es tu novia está puta? - le pregunto al hombre, este se tensa y rápidamente niega y se gira.
- No. No lo es y nunca lo será- Murmura con voz ronca y profunda, haciendo que me erice, me sorprendo al ver que es el demonio con cara de ángel, el sexy hombre de mirada de hielo. Me quedo paralizada viéndolo y el mirándome fijamente de igual manera