El odio es igual de fácil que el amor, pero para el amor esperemos a perder la cabeza para hacer algo. Y para el odio hacemos lo que sea y perdemos la cabeza
-señorita - murmuran y me remuevo en la cama - se le va a ser tarde- murmura y abro los ojos con rapidez miro mi alrededor y tocó mi pecho estoy muy agitada- ¡señorita!
- ya te escuché- murmuró con molestia. - Todo fue un sueño - Murmuró mirando mi cuerpo desnudo, Miró mi zona y maldición - Estoy mojada - Murmuró para mí misma. - fue un lindo sueño, ¿Qué estás haciendo demonio sexy? Esto no es normal - murmuró con molestia. Me levanto y voy al espejo de mi baño y me miro estoy muy sonrojada, mi cabello hecho un asco. Lo recojo en un moño mal hecho y entro a la ducha, me ducho rápidamente, salgo y me pongo una bata de baño y peino mi cabello en un moño alto, me maquillo ligeramente, me pongo un conjunto de ropa interior morado, unos pantalones y una camisa manga larga, no puedo darme el gusto de ir vestida de otra manera, se perfectamente de que esta no soy yo, pero no puedo hacer nada, me pongo unos tacones, me aplicó perfume, tomo mi bolso y salgo rápidamente a la habitación de mi madre y no la reunión,
-¿ mi mamá? - pregunto preocupada
- calma niña, se levanto muy temprano para poder desayunar con usted, está en el jardín- me dice y suspiro con tranquilidad - no tuve una recaída en días está mejorando - me recuerda y Asiento, rápidamente voy en su búsqueda
- mamá - le digo al verla sentada en la mesa del jardín muy tranquila como si fuera un día normal y todo estaba bien,
- André, buenos días - me dice con dulzura y sonríe, trato de mantener una sonrisa como la de ella pero yo es imposible, no puedo estar bien, viendo cómo cada día ella se va desvaneciendo- ¿Por qué estás vestida así? con diversión sacándole de mis pensamientos, ruedo los ojos
- Recuerdo que estoy trabajando en la cárcel- Le recuerdo y sonríe - No puedo ir a vestida como niña fresa. Debo verme profesional
- si, pero por esa razón no debes vestirte tan ridícula, este estilo no te queda, pareces sacada de alguna película, mírate esos pantalones te quedan grandes, esa blusa igual. Pareces un mal chiste andante, aparte hasta con una bolsa te verías linda - me recuerda quiñándome el ojo
- mamá - digo molesta haciendo berrinches.
- cámbiate ponte un vestido normal y ya - me pide con simpleza niego - enserio te vez ridícula, no me hagas dejar de desayunar para ir a vestirte me dice y me giro y suspiro
Camino hacia mi habitación y busco en mi clóset un vestido que usaría un día normal, pero los veo todos muy llamativos, elegantes y provocativos veo un vestido rosa pálido sencillo algo ceñido pero lo tomo. Me quito la ropa que tenía y me lo pongo, realmente es lindo , cambio todo a un bolso que pegue más con mi ropa y listo, bajo y paso por el comedor dónde está mi padre solo desayunando, obviamente prefiere desayunar en el comedor principal para evitar a mi madre y para evitarme a mi.
- ¿Dónde están ?- pregunta mi padre a Martha haciendo que me quede escuchando su conversación
- señor están desayunando en el jardín - le dice Martha a lo que el solo asiente sin importancia
- acostúmbrate a la soledad porque así estás, solo - murmuró pasando por su lado
- ayer llegué y no tenía cena - murmura mi padre ignorando mi comentario
- la tenías en el microondas pero como todo lo tuyo estabas con una de tus putas así que yo pensé ¿Por qué darle de comer a una basura como el? Llegue a la conclusión de que no mereces nada, así que la saqué del microondas y la bote en la basura, has contado con suerte porque tenía dos opciones votar la comida, o echarle veneno y liberarnos de ti de una vez - le digo con una sonrisa ,me mira con dolor y tristeza. Paso por su lado para ir al jardín
- ¿serías capaz de matar a tu propio padre? - me pregunta con dolor - ¿me odias tanto como para hacer algo así?- me pregunta y lo miro con frialdad- para que sepas no estaba con ninguna puta, estaba arreglando lo que TU ocasionaste, para que mi secretaria no pusiera una denuncia en tu contra - habla con molestia.
- te equivocas señor, tú lo ocasionaste yo no tenía porque encontrarme con eso, así que la culpa es tuya, por tu culpa hice lo que hice, así que no me vengas con esta porquería, y tú EX secretaria contó con suerte porque la próxima vez que la vea me asegurare de no dejarla con vida, recuerda que yo no tengo límites y no me importa si termino en una cárcel o no. Lo único que me importa en este mundo es cuidar y proteger a mi madre de la porquería así que ten cuidado. - le advierto
ni siquiera le dirijo la mirada mientras camino lejos de el. - por cierto espero que hayas hecho lo que te dije ayer.
- no debes involucrarte con los reclusos- me dice y lo ignoro
- no eres nadie para decirme que hacer con mi vida , por tu bien espero que hayas hecho lo que te pedí. - le digo con una sonrisa. - no sería lindo que la hija del director del reclusorio más importante del país empiece a ventilar la vida de mierda que lleva el Maldito, lo que si te aseguro es que tus ambiciones políticas y públicas se vendrán al piso- le aseguro con una sonrisa socarrona en el rostro
- serías capaz?- me pregunta en un susurro sin creerlo
- claro que sí. Pruébame y lo verás - le digo con seguridad
- tanto daño te hecho para que me quieras ver destruido- murmura
- si - murmuró saliendo de ahí, aprieto los puños con fuerza.
Voy al jardín y miro a mi madre sentada desayunando con tranquilidad
- tu padre no vendrá a desayunar con nosotras?- me pregunta con ilusión y aprieto mis dedos.
- No. - murmuró y no borra su sonrisa pero si veo como el brillo de sus ojos violetas se apagan - el se lo pierde - agrego y asiente.
Desayunamos en silencio pero uno tranquilo sin tensiones, al terminar subo, lavo mis dientes y tomo mi bolso, me despido de mi madre y no le doy al señor que dice ser mi padre ni una mirada, no la Merece, subo a mi lindo Ferrari blanco a la cárcel, al llegar rápidamente me siento observada y no tengo que buscar esa mirada para saber quién, se que es el culpable de mis sueños húmedos y frustrantes, respiró hondo tratando de no verme nerviosa, al llegar a la enfermería saludo a algunas personas y yo dirijo a mi consultorio entro y voy a encender la luz y me encuentro con los ojos azules que me miran fijamente desde un rincón, trago en seco sin saber que hacer.