No me recuerdas, Chelsea Wilson… Las palabras retumban en mi cabeza, en medio de mi estado soñoliento. La sombra de un roce en mi mejilla cosquillea dentro de mí y me hace querer abrir los ojos; pero el cansancio que siento es tanto, que mis párpados pesan y me prohiben hacerlo. Un calor tenue se siente cercano y de pronto, nada. El frío repentino impacta contra mi cuerpo y siento mi ceño fruncido, justo cuando escucho un clic lejano. Abro los ojos. Pestañeo para acostumbrarme a la poca luz que hay a mi alrededor y paso mi mano en un puño por mis ojos, para desperezarme. Estiro mi cuerpo, para intentar aliviar el engarrotamiento de todos mis músculos, pero un dolor pesado y constante me recorre completa. Y, sobre todo, se concentra en mis muslos. Sonrío perezosa cuando el motivo de e