POV: Demian. —No me estés jodiendo, Dmitriev —gruño, cuando lo escucho. Saco la pistola que llevo en la cinturilla de mis pantalones y sin importarme que todos sus hombres me tengan como blanco, apunto a su puta frente. Mi agarre es firme y mi objetivo es claro; el chasquido de todas las armas a varios metros a la redonda, rompe el silencio. La tensión se siente en el ambiente. El olor a pólvora y a sangre se suspende entre nosotros, pero nadie se mueve. Solo Dmitriev va desarmado, con su maldito tabaco entre sus dedos y el traje de sastre bien entallado. Su pasividad me saca de mis cavales, pero intento aguantar con tal de llevarme algo bueno de aquí hoy. De nada serviría matarlo, ahora que lo tengo en la mira, y que esto se vuelve una masacre. El resultado tiene que ser recuperar