Impresionada, era la palabra que podría describirme en esos momentos. Christopher estaba mirándonos preocupado, su pierna estaba moviéndose de arriba abajo a gran velocidad, estaba también ansioso, casi tan ansioso y preocupado como Leonardo. Caminaba de allá para acá por toda la sala con los brazos cruzados en su pecho y la mirada fija en sus pies. Yo estaba sentada en el sofá tapándome la cara con ambas manos. Por alguna extraña razón, George, el padre de Chris, quien hace muchos años atrás mandó a asesinar al padre de Leonardo, para él poder quedarse con la empresa que tanto dinero les interesaba, intentó destruir la empresa de mi padre con unos códigos que todavía no entiendo para qué sirven y para más colmo, hace menos de 2 meses nos secuestró a Leonardo y a mí en un lugar aún des