—¿Entonces ya están bien? —preguntó una animada Bárbara. Pensé en mi respuesta. Relativamente, sí. Teníamos que mantenernos en perfil bajo, ya que mi padre le prohibió o más bien le hizo prometer que estaría lejos de mí, todo estaba bien entre nosotros. Él me quería y yo lo quería a él, ¿qué podría salir mal cuando los dos sentimos lo mismo? Aunque debía confesar, todavía tenía mis dudas con respecto a la promesa y el contrato secreto entre ellos dos, eso no iba a impedirme que yo estuviera con él. Según la información que mi padre y Leonardo me habían dado, mi padre hizo que escogiera entre el trabajo o yo, y al parecer él había elegido por el trabajo, pero después que escuchaba lo que me decía él sobre que había hecho una promesa, todo me confundía. ¿Cómo es que de un contrato, pas