Doy vueltas y vueltas en la casa de Euge mientras ella ayuda a James a acomodarse en la supuesta habitación de huéspedes, en realidad, es la habitación que era de su hermano. Él se mudó con su novia y quedó ella sola. —Grazie —expresa James desempacando su maleta—. Te lo voy a tener que compensar de alguna forma. —Con que sepas cocinar pastas, me basta —replica ella. —Hace unas pastas y pizzas exquisitas, doy fe —comento. Él se ríe con timidez y me mira. —Esta noche no quiero cocinar, ¿aceptas acompañarme a un restaurante? —me dice. —Por supuesto que sí —contesto sin dudarlo. Mi celular vibra y me distrae de la sonrisa de mi acompañante. ¿Salimos a cenar? Es un mensaje de Esteban, justo un segundo después de que acepté salir a comer con James. Bufo y miro a mi ex, quien está co