Kathy es la encargada de cerrar la puerta cuando termina mi turno. No veía la hora de irme a casa, tirarme a la cama y pensar en qué quiero hacer con mi vida. —Nos vemos mañana —me saluda. Y comienza a cerrar, pero la detengo. —Me temo que mañana ya no voy a venir —expreso. Arquea las cejas. —Bueno, pasado mañana, no hay problema. —Esboza una breve sonrisa y de nuevo intenta cerrar la puerta, pero vuelvo a pararla. —No, Kathy. No voy a venir más, renuncio —digo con seguridad. Me mira con expresión seria. —¿Por qué? Nina, si es por la plata, te podemos aumentar… —No es eso —la interrumpo—. Agradezco mucho que me hayan dejado entrar en su casa, pero la verdad es que no puedo seguir viniendo. Yo estoy… estoy enamorada de su hijo y sinceramente no puedo seguir así porque él se va a