Me vendo las manos caminando lentamente hasta el lugar donde se encuentra la jaula. Me cambie poniéndome únicamente un short deportivo n***o dejando a la vista todos y cada uno de los tatuajes en mi cuerpo. termino de vendarme las manos justo al llegar a la puerta veo que los hombres que cuidan esta al verme la abren el bullicio dentro es ensordecedor. Cada habitación dentro del lugar esta insonorizada para no llamar la atención de nuestros vecinos, pero todo el lugar está estrictamente controlado por un circuito cerrado de cámaras.
Observo a mis hermanos sentados en primera fila sonriendo, camino hasta adentrarme a la jaula viendo diecisiete hombres que me observan fijamente. La puerta se cierra tras de mi al tiempo que Diego se pone de pie haciendo que todos los presentes guardan silencio.
- El último en pie tendrá como premio cinco millones de euros – enarco una ceja observándolo a lo que él sonríe mientras Miguel se pone de pie junto a él.
- ¡EMPIECEN! – grita mi hermano haciendo que los hombres allí dentro se vuelvan a verme haciendo sonreír.
- Esto será interesante – hablo para mí mismo antes de uno de los hombres intenta golpearme, de un fuerte puñetazo disfrutando del sonido que este produce el golpe impactar contra su rostro antes de caer inconsciente. Rápidamente lo sacan de la jaula.
La pelea se vuelve toda contra mí, por lo que todos tratan de atacarme y aunque recibo algunos golpes uno a uno voy dejándolos inconsciente hasta que solo quedamos dos. El hombre frente a mi enarca una ceja al verme a los ojos y entonces lo reconozco.
- No esperaba verte aquí – digo a Massimo, uno de los mejores asesinos a sueldos del mundo.
- Tiempo sin verte – habla poniéndose frente a mí con una torcida - ¿recordamos viejos tiempo? – pregunta y yo me vuelvo a ver a mis hermanos - ¿doble? – le hago una señal con tras dedos.
- Triple – respondo volviéndome a ver a Massimo que asiente con la cabeza antes de lanzarme un golpe el cual bloqueo con mi brazo antes de tomarlo por el suyo golpeando con mi rodilla su vientre. Él en respuesta me da un fuerte cabezazo comenzando con esto una verdadera pelea entre los dos.
Había olvidado lo fuerte golpea. Nos conocimos cuando estaba entrenando en la academia Backer, no había nadie mejor que nosotros en aquellos tres años que duro mi entrenamiento. Nos encargamos de algunos de mi familia juntos y luego él se convirtió en un fantasma, uno de los mejores asesinos del mundo.
De un rápido movimiento él me lanza un golpe que esquivo, pero que antes de que él pueda reaccionar le doy un fuerte codazo haciéndolo retroceder y cuando estoy por golpearlo levanta sus manos en señal de rendición mientras sonríe.
- Olvide lo fuerte que golpeas – habla haciéndome reír - ¿un trago?
- Necesito la botella – respondo mientras él me abraza por los hombros caminando fuera de la jaula, donde mis hermanos nos entregan una toalla a cada uno.
- Los baby Rivera – habla Massimo divierto haciendo que ellos le muestren el dedo medio - ¿y la princesa? – pregunta por Katrina quien siempre ha sido su tentación, como él le dice.
- Muy, muy casada – responde Diego mientras caminando a nuestro palco privado donde ya nos esperan cuatro chicas.
- ¿casada? – pregunta sorprendido - ¿Qué hombre fue digno de la bendición de los Rivera?
- Un imbécil – respondemos al unísono, reímos divertidos mientras Miguel sirve unos tragos al tiempo que Massimo y yo nos quitamos las ensangrentadas vendas en nuestras manos y pies.
- ¿Cómo has estado? – pregunto a Massimo bebiendo un poco de vodka puro antes de que mi hermano pone frente a mí una lata de Monster.
- Viajando por el mundo, conociendo lugares magníficos y matando personas – responde divertido – amo mi vida.
Comenzamos una conversación trivial viendo a las chicas que están con nosotros comienzan a bailar de forma muy sensual. Estar con ellos me hace sentir en calma, pero de repente sus ojos vienen a mi mente jodiendolo todo. ¿Qué estará haciendo? ¿Qué estoy haciendo? Ella debería estar muerta, debe estar muerta para cuando Sebastián y Santiago vuelvan. ¿debería dejárselo a mis hermanos? Vuelvo la mirada a Massimo ¿debería pedírselo a Massimo?
- ¿me harías un favor? – digo solo para él que se vuelve a verme asintiendo con la cabeza.
- Pero antes – veo que dos de las chicas se acercan hasta nosotros – déjame disfrutar – sonrió al ver que toma a una rubia sentándola en su regazo mientras la otra hace lo mismo sobre mi.
- Puedo conseguirte otra – comento sintiendo a la chica comienza a besar mi cuello, Massimo me observa con mirada oscura y una sonrisa macabra, lo que me da a entender lo que quiere.
- Nos pueden dejarnos a solas – hablo a mis hermanos que nos observan curiosos – las chicas se quedan.
- Que se diviertan – habla Diego saliendo del palco junto a Miguel, cuando la puerta se cierra tras ellos Massimo se desnuda haciéndole una señal a la chica en su regazo para que se ponga de rodillas entre sus piernas. Mientras otra se acerca él subiéndose a horcajadas para que la desnude.
Me pongo de pie yendo a servir unos tragos viendo a las otras dos chicas comienzan a besarse, me bebo un trago de golpe antes de desnudarme haciendo que tres de las chicas se vuelvan a verme con auténtica lujuria.
- ¿presumiendo? – pregunta Massimo divertido tomando del cabello a la chica entre sus piernas dándole placer con la boca. Enarco una ceja acercándome a la chica sobre su regazo, la tomo del cuello haciendo que se ponga de pie. Cuando esta frente a mi paso mi pulgar por su labio inferior introduciendo el dedo en su boca para que lo chupe.
- Ojos abajo – digo cuando ella me mira fijamente. De un movimiento brusco la pongo de rodillas introduciendo mi m*****o en su boca, dando comienzo a una noche en la que me olvido de cierta castaña de ojos hermosos que está perturbando mi tranquilidad.