Daelia.
Han pasado tres días y este es el momento que más esperaba. Nazan y el bastardo del príncipe se irán mañana a las cuatro de la madrugada, me siento feliz, cuando despierte mañana ellos no estarán en la mansión. Debo darme prisa si quiero averiguar algo de Nazan.
Durante estos tres días estuve en mi habitación, aún no he salido ni al patio en este lugar, pero cuando ellos se larguen lo haré, siento que me volveré loca al estar encerrada por tanto tiempo.
Umur entra a mi habitación.
—Kadin, el señor Yaman quiere hablar con usted, él la espera en su oficina.
—¿Me acompañas, Umur?
—Por supuesto, Kadin.
Acompaño a Umur y me doy cuenta de que la oficina de Yaman se encuentra al otro extremo de la mansión que la habitación de Nazan y el príncipe. Ellos están divididos por compl
