—¿Y qué opinas Jonás, de la gran herencia de Ainhoa? —me interroga Quentin.
—No puedo opinar, no me interesa la herencia de Ainhoa, solo ella, lo demás no cuenta para mí.
—Pero obviamente al ser su esposo te verás beneficiado.
—Te aseguro que no es mi intención, estaré a su lado en todo momento apoyándola y respetando sus decisiones.
En eso Ainhoa se acerca.
—Amorcito, voy con Santi.
—¿Está bien? —pregunto preocupado.
—Si, despertó y quiere que yo lo acompañe para volver a dormir.
—Bien.
Ainhoa se aleja y Quentin se queda viéndola.
—Es muy bella, pero tiene un carácter difícil.
—No conmigo, es que la hago tan feliz en todos los aspectos, que su carácter siempre es alegre.
Sonrío y él hace mala cara. Se acercan algunos tíos de Ainhoa exactamente a lo mismo que Quentin, a pregunt
