Eda
Algo hace cosquillas en mi nariz. Giro la cabeza adormilada todavía. Lo que sea que me esté molestando me sigue. Abro un ojo y veo la mano de Alaric sobre mi cara. Sin pensarlo le pego un manotazo.
- Hemos llegado - Susurra acercando su rostro al mío.
Recuerdo la sesión de sexo en el baño. No soy tímida ni recatada, soy una mujer moderna a la que le gusta disfrutar de su sexualidad sin prejuicios, pero recordar los momentos con Alaric por algún extraño motivo me avergüenza.
- Vale, voy a espabilarme - Levanto los brazos y me estiro como una niña pequeña.
- Cuando lleguemos tengo que hacer unos recados. Hay un coche esperando que te llevará al hotel.
¿Qué? No es que sea una mujer insegura que necesita controlar a su hombre las veinticuatro horas, pero ¿qué tiene que hacer par
