Eda
Cuento a las chicas con pelos y señales lo que pasó el día que me quedé encerrada en el ascensor.
En lugar de horrorizarse, me cuidó y supo calmarme. Y una vez que estuvimos fuera, me trajo a casa y consoló mi estado de ánimo que estaba por los suelos. Todavía no me lo creo.
No quiero admitirlo, ni quiero pensar demasiado en Alaric, pero él parece distinto a todos los capullos que he conocido.
- ¿El tío que te quiere quitar tu ascenso? ¿Se comportó como un ser humano? - Vuelve a preguntar Leah incrédula - Me pinchas y no sangro.
Las chicas están igual de sorprendidas. Saben que no creo en los hombres porque me han traicionado, pero esto deja una puerta abierta que estaba convencida que no existía para mi.
- Te lo hemos dicho muchas veces. No todos los hombres son iguales.
