¿Cómodo? No. Estaba muy incómodo con aquella supuesta relación que había establecido con Ada, a quién veía más como una amiga. —Vamos —Ella lo tomó del brazo para adentrarse al lugar. —No vas a tomar ¿verdad? —No, ya te lo había prometido, eres un aburrido pero así te quiero. —Sabes perfectamente lo que soy, y quisiste estar conmigo así, entiende que antes de todo, Dios está —Le dijo con mucha seriedad. —Sí, sí. Bufó. Cada más se arrepentía de haber aceptado intentar algo con ella, no daba para nada buena pinta. Se sentó junto a ella en un sofá del patio de la casa donde se realizaba la fiesta. La chica no paraba de hablar con todos los que veía o que pasaban por donde estaban, parecía conocer a todos. Largo rato después, literalmente fue obligado a bailar, no entendía que e

