—¿Qué te puedo decir? Miró a su padre a los ojos y no supo que decirle, no tenía ni idea de que decirle, no quería mentirle, pero tampoco sabía que decirle. —Tal vez tuviste razón en que era muy chica y que no funcionaría, todo se acabó, perdí comunicación con él, fui a buscarlo pero supe que fui a perder mi tiempo. —¿Aún lo amas? —Lo he superado, es lo único que puedo decir. —Pero no sabes si no lo amas o no. —Siento que más bien todo se quedó ahí, y así permanecerá. —Puedes hablar conmigo, Lau. —Lo sé, sólo tengo miedo de que si algún momento el vuelve a aparecer arruine mi estabilidad. —No estás segura de nada, Laura. Pero me parece muy valiente de tu parte empezar desde cero, y estaré para apoyarte. —Gracias, papá —Le dijo con una sonrisa a su padre. [...] Bajó del

