– ¡Maravilloso! La voz de la princesa Carolina es como un aplauso, fuerte, ruda y capaz de despertar todos los sentidos, sin querer solté la mano de Nicolás. – Es un regalo excelente y le aseguro que lo atesoraremos embajador – sonríe la princesa y…, me abraza – marquesa, me parece que esta es su primera visita al reino, no quisiera darle una mala hospitalidad – secuestra mi mano y me arrastra por el centro del salón. La espada sigue en manos de sir Magnus, no conozco a los invitados, sé que algunos de ellos debieron estar en la mascarada de la condesa en el día de la cosecha, pero yo estaba usando una máscara y mi recuerdo más vivido es haber vomitado en un baño. – Personalmente elegí la comida, ¿te gusta el pescado? Si. – No le gusta el pulpo – completa Nicolás – el licor que se si