Iglesia de la Rosa Parte 1

2037 Palabras
Para no ser atrapados, Karina volvió a conducir y durante un largo tiempo, Lilith permaneció en silencio, tenía la esperanza de estar dentro de una pesadilla, en cualquier momento sonaría la alarma, despertaría, tomaría sus cosas y asistiría a clases. Le tomó tanto tiempo ingresar a la academia Vitreri, era como un sueño hecho realidad, y todo fue un auto engaño, jamás perteneció a ese lugar, porque no era una maga, era una mundana dentro de un coche rojo en mitad de la autopista, dejando la ciudad en la que pasó toda su vida, a su familia, amigos y todo lo que conocía – ¿sabes sobre demonios? – Bastante. – ¿Por qué sigo viva?, caí en el engaño, firmé el contrato, ¿por qué no devoró mi alma? Karina mantuvo la mirada sobre la carretera todo el tiempo mientras respondía – el alma y el cuerpo son dos mitades de un todo, coexisten en perfecto equilibrio, es una relación que no puede ser rota tan fácilmente, a los primeros magos les tomó tiempo entenderlo, probaban sus nuevos cuerpos, se deshacían de las almas y luego se preguntaban por qué envejecían o sufrían mutaciones, cuando descubrieron la verdad optaron por un nuevo método, ¡dejar vivo al anfitrión y conectarse con su alma!, es la mejor forma de trabajar para los demonios que quieren quedarse en el mismo cuerpo por un largo periodo de tiempo, claro, también están a los que eso no les importa, ven a los humanos como a la ropa, hoy traen una, mañana otra, toman las almas que quieren, las destruyen, absorben, son la peor clase de demonios, tuviste suerte, no debí haber dicho eso – agregó de inmediato – no fue algo bueno, pero considerando la alternativa, tú aún tienes esperanza, otros la pierden al segundo en que toman la mano de un demonio. Lilith recordó a Samantha, la estudiante que quería grabar un cortometraje y que visitó la casa de sus abuelos – ¿qué pasará conmigo ahora? – se atrevió a confiar. – Primero, saldremos del país, en crucero, hay menos vigilancia, después te llevaré a la iglesia donde trabajo, te ayudaremos a derrotar a ese demonio y podrás comunicarte con tus padres, ellos nos alcanzarán cuando todo se calme, estás advertida, no será este año ni el siguiente. Las manos de Lilith se apretaron. – ¿Te preocupa algo más? ***** La directora Lacroix volvió a su oficina, la operación de Ofelia ya estaba programada, una vez que se completaran las ocho horas de ayuno, entraría al quirófano, el resto del papeleo estaba hecho, solo tenía un asunto pendiente. Sacó su celular de la bolsa, marcó el número y se quitó los anteojos. Tuvo que hacer la llamada tres veces para que alguien le respondiera. – Directora. – Sobre mi estudiante, Lilith Bonel, lo pensé mejor, dejaré que ustedes se ocupen. – Ya no está en nuestras manos – respondió la persona al teléfono. ***** El capitán Leblanc estaba parado delante de una grabación de seguridad, en la pantalla se veía la silueta distorsionada de una persona, parecía que alguien había pasado las imágenes por un filtro, el elevador se abría, el capitán salía, ambos se enfrentaban y al final, Lilith corría al elevador. – Aquí – señaló Abraham Damira, jefe del consejo de magia – la tenías en la mira y erraste, ¿qué sucedió? El capitán Leblanc respondió – artritis. Abraham volvió a mirar la pantalla – su expediente médico no lo dice. – Es reciente, acabo de ir por el perfil reumatoide. Soy un hombre anciano, señor. – E increíblemente sigue siendo capitán del departamento de demonología. Traigan a los padres. – ¿Bajo qué cargo? – reclamó Leblanc – ¡ser padres! Percival estaba en el estacionamiento, nadie podía irse hasta que los interrogaran a todos y él estaba en la primera lista, en su celular tenía una llamada perdida y un mensaje de su madre preguntándole a qué hora llegaría a casa para la cena. Respondió rápidamente que tenía horas extra, abrió el chat que tenía con Lilith y escribió. “¿Estás bien?” Era una pregunta tonta y considerando la situación, sí fuera ella, tendría el celular apagado o lo habría lanzado a la basura. Cambió sus palabras por el mensaje: “Sí llegas a leer esto, espero que estés a salvo” Volvió a escribir. “Sí llegas a leer esto, cuídate” Borró todo, obviamente ella se cuidaría, no era algo que él necesitaba escribir, lo cambió de nuevo por un mensaje más corto. “Buena suerte” Mientras mantenía el dedo por encima del botón de enviar, pensó en todo lo que había pasado durante el día y en el “lado oscuro de la burocracia”, después borró el mensaje, también el contacto y todo lo que tenía sobre Lilith en su celular. – Percival Vignon. Fue su turno de ser interrogado. ***** Lilith abrió los ojos, eran las cinco de la mañana, llovía y la carretera estaba cubierta de una neblina tan espesa, que nada se veía dos metros adelante, solo esa gran masa blanca que lo cubría todo y dejaba la impresión de que el mundo era muy pequeño, nada existía por fuera. – ¿Es para que no nos atrapen? – preguntó. – No es magia, es neblina real – respondió Karina. Lilith se acomodó en el asiento – quiero ir al baño. – Te pregunté hace media hora y dijiste que no. – Estaba dormida. ***** Era la mañana de cualquier otro día de clases, la directora Lacroix llegó a su oficina, dos días atrás ocurrió el incendio y aún había padres cuestionándola por la seguridad de la academia, los eventos de los últimos días y el rumor de que la estudiante que inició el incendio era hija de uno de los profesores. No sería un día fácil, pero en el lado amable, su nieta estaba bien. Afuera de su oficina estaba Brenda. – Pasa – dijo la directora cargando sus cosas, abrió la puerta, encendió las luces sin tocar el apagador y se sentó detrás de su escritorio. Brenda entró a la oficina, tenía una carpeta en las manos – envíe un correo anoche – colocó la carpeta sobre la mesa – mi esposo y yo renunciamos. La directora ya sabía que Lilith dejó el ministerio y no de una buena forma, por lo que esa reunión no era una sorpresa – te daré unos días más para pensarlo. – No es necesario – la interrumpió Brenda y quiso agregar – Lilith obtuvo su talento después de los veinte, ya tenía una carrera, un trabajo y una expectativa de lo que quería hacer, enseñarle en casa habría sido un reto, pero no algo imposible, aun así, decidimos enviarla a la academia y dejar que estudiara las materias básicas que se enseñan en el nivel de preparatoria, ¿sabe por qué?, fue porque creímos que este era el mejor lugar para aprender, aquí tendría maestros capacitados, todas las herramientas, los planes de estudio, la biblioteca, sería lo ideal para ella, Jacob y yo estuvimos de acuerdo en que era lo correcto, nunca pensamos, nunca pensé que la mujer que presume de proteger a todos sus estudiantes, trataría a mi hija como a una criminal. La directora mantuvo una expresión seria – mi trabajo es ver por todos mis estudiantes, no tengo favoritismos. – ¿Habría sido tan estricta sí su nieta no estuviera involucrada? – reclamó Brenda. Era un tema del que la directora Lacroix no quería hablar y decir que hizo la llamada al ministerio para retirarse no era valida, porque fue demasiado tarde – sí es lo que tú y Jacob quieren – tomó la carpeta – les daré una recomendación. – No la necesitamos – dijo Brenda y salió de la oficina. Esa noche Lilith cubrió su cabeza con una gorra y acomodó su chaqueta para tapar parte de su rostro, delante de ella Karina entregó los boletos y ambas abordaron un barco. Era la primera vez en mucho tiempo que tenía un baño para darse una ducha y ropa nueva para cambiarse, en cuanto terminó sintió que su piel volvía a respirar, secó su cabello con una toalla y se sentó sobre la cama, los últimos meses se sentían como un largo sueño y todo comenzó esa tarde, cuando un hombre entró a su tienda, caminó hacia el escritorio y la amenazó con un cuchillo. Había un antes y un después de ese momento, que cambió su vida para siempre. Karina tocó la puerta y abrió – te traje un regalo – sonrió y puso una caja sobre la cama, tenía la forma de un piano sin patas y la tapa se abría revelando un mecanismo muy complejo – este botón es para grabar, este es para enviar y este es para reproducir, hay una igual en casa de tus padres, podrás enviar y recibir mensajes, uno por día con un máximo de tres minutos, la memoria es vieja y no guarda mucha información – se la mostró – así te comunicarás con tus padres. Lilith le prestó más atención a la caja. – Es la única forma de comunicación que puedes tener con ellos, hay personas dirigiendo el ministerio de magia que no tienen problemas en romper las reglas y te matarán sí es lo que hace falta para tener acceso a la energía del demonio que está contigo – agregó Karina – es más importante de lo que piensas. Lilith asintió – lo entiendo. Gracias. Karina suspiró – sé que todo se ve muy oscuro, dejaste atrás a tu familia, amigos, escuela, toda tu vida, y te diriges hacia un lugar desconocido guiada por una mujer a la que nunca antes habías visto en tu vida y que asegura ser parte de tu familia. Era una forma de verlo, pero Lilith tenía un par de horas evitando pensar, sentía que sí lo hacía, se volvería loca, era mejor colocar esa neblina que las acompañó en el camino, dentro de su cabeza y dejar que el camino siguiera su curso. Era lo que significaba, enloquecer para mantenerse cuerda. – Lo entiendo sí estás asustada o sí quieres encerrarte en la habitación hasta que lleguemos a casa – sugirió Karina – es tu decisión. Aunque no quería pensar en ello, Lilith se aferró a la palabra, “hogar”, como un destino en el que podría quedarse – no encajé con los mundanos porque deseaba ser una maga y no encajé con los magos porque no tengo talento, creo, que no hay un lugar en el que pueda estar. – No digas eso, hay un lugar donde encajas, simplemente no lo has encontrado – la abrazó – descansa, es un largo viaje – se levantó de la cama y la dejó sola. Durante varios minutos Lilith miró la caja de música, la puso sobre sus piernas, deslizó los dedos por las teclas y tras pensarlo mucho, abrió la tapa y presionó el botón de reproducción. – Hola cariño – era la voz de su madre – tu padre dice que entiende cómo funciona esta cosa, yo tengo mis dudas. – Sí lo entiendo, no sueltes el botón – interrumpió Jacob – solo tenemos tres minutos. Lilith sonrió. – Bien, tu padre y yo decidimos tomarnos un tiempo, del trabajo, no estoy diciendo que vamos a divorciarnos, lo arruiné, ponlo a grabar de nuevo. – No funciona así, ¿por qué ella pensaría eso? – Pero quiero comenzar de nuevo. Aquí. Hola cariño, tu padre dice que entiende cómo funciona esta cosa, yo no lo creo. Quería decirte que decidimos dejar la academia, ya solicitamos un empleo en un bachillerato, daremos clases de física y biología para mundanos, nunca te lo dije, antes de que tu abuelo nos ofreciera el empleo en la academia, el plan era dar clases en una escuela normal, y finalmente podremos hacerlo, es algo bueno para todos. – Se acaba el tiempo, déjame decirle que la extrañaremos. – Mañana tendrás tu turno, hija, no te preocupes por nosotros, concéntrate en eliminar a esa cosa, en cuanto podamos, iremos a verte. El mensaje terminó.
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