Bruno Elkan era, en una palabra: Un maldito cretino miserable, odioso y engreído. La frase claramente tenía más de una palabra y eso pasaba porque cuando Lilith pensaba en él, los insultos aparecían solos. En clase, Bruno la trataba como a una niña, sí lo hacía mal, era torpe, sí lo hacía bien, era lenta, no importaba el resultado, siempre obtendría una crítica, y lo que era peor, más de una vez Bruno se burló de ella por necesitar aprobación constante, lo cual, según él, era un comportamiento infantil y egocentrista. ¡Qué tenía de malo querer un refuerzo positivo! Fue educada por dos maestros, ambos expertos en psicología infantil y ellos siempre hablaban de resaltar las habilidades de los estudiantes y comprender que todos tenían capacidades distintas, no hablaban sobre tratarlos con

