Maga sin talento

Investigación Parte 1

Lilith se sintió como una pieza de exhibición.

Primero su madre presionó sus manos para sentir la corriente de flujo mágico, después su tío colocó las manos detrás de sus orejas y al final su padre le extendió los brazos, colocó un pisapapeles sobre la palma de Lilith y presionó sus nudillos, eso hizo que el pisapapeles con forma de cubo flotara.

Fue la última prueba.

– ¡Lo ven!, no fue una mentira, tengo talento mágico, estuvo dentro de mi cuerpo todos estos años, pero sellado, por eso nadie podía sentirlo, ni siquiera ustedes – explicó esperando una respuesta más positiva – ¿por qué no están felices?

– Lo estamos – dijo su padre – pero también estamos preocupados.

– Muy preocupados – agregó su tío Lucios.

De todas las personas en la habitación, Lilith pensó que su tío la entendería y miró al único que no había hecho comentarios – tío.

– Lo siento corazón, yo sigo siendo un mundano – respondió Derek.

Al igual que Lilith, Derek Milton venía de una familia de magos y no tenía talento mágico, un día entro a la tienda, explicó su situación porque buscaba un regalo para su hermano y Lucios pensó que sería bueno para Lilith conocerlo.

Quedó claro para todos desde la primera reunión, que quien más le importaba a Derek era su tío Lucios, no ella, y como buena sobrina, Lilith dio la vuelta para no interrumpir la que sería su primera cita.

Ahora realmente necesitaba un apoyo.

– Todas las cosas malas que me han pasado en la vida son por no ser una maga, el abuelo dejó de visitarnos por mi culpa.

– Hija, eso no es verdad.

– Papá, tengo oídos, no puedo escucharlos cuando usan la telepatía, pero cuando el abuelo grita: “esa cosa no es mi nieta”, definitivamente puedo oírlo – sus ojos lagrimaron – el tío Alfredo no es su hijo y él puede llevar a la casa a todas sus hijas, pero nosotros no podemos ni llamarlo en navidad, tampoco puedo trabajar en la tienda y sé, que hay muchas cosas que no me dicen porque no soy una maga y no imaginan lo que siento cada vez que llego a casa y los tres se quedan callados.

Brenda se levantó – lo entendiste mal, no hacemos eso – la abrazó – y sí estamos felices, nos preocupa, el talento mágico aparece en la infancia por una razón, porque es más fácil aprender a controlarlo, tú ya eres una adulta, es más peligroso a esta edad.

– Aprenderé – dijo Lilith – ustedes son profesores.

– De pociones y de conjuros, el control, es como enseñarle a un niño a leer y escribir.

Lilith se apartó, estaba tan feliz presionando el botón del elevador, como si de repente alguien encendiera fuegos artificiales para iluminar su vida y ahora, no sabía qué pensar.

– Yo estoy de acuerdo – dijo Derek y se ganó tres miradas acusadoras – hay escuelas nocturnas para adultos mayores que quieren aprender a leer y a escribir, sí la edad no es un impedimento para ellos, tampoco lo será para Lilith.

Lilith abrazó a su tío – gracias.

Jacob Bonel respiró profundamente – hablaremos con la directora de la academia, ella nos dirá en qué cursos puedes entrar, hasta entonces llevarás un brazalete para anular tu talento mágico, eso evitará que se salga de control, no es opcional – agregó al ver la expresión de Lilith – es peligroso.

Lilith comprendió que no iba a ser fácil – bien, lo llevaré, hasta que aprenda a controlarlo.

Después de llegar a una conclusión Jacob se cambió de ropa para ir a la tienda a comprar un brazalete y Brenda revisó nuevamente las manos de Lilith.

Lucios se sentó junto a su esposo – no tienes que ponerte de su lado para ganártela, ya te considera su tío desde que comenzamos a salir.

Derek sonrió – no lo hice por eso, oye, los he visto a los tres regañarla y enviarla a ponerse un suéter cada vez que el viento sopla, la sobre protegen mucho, no se va a romper si se cae, al contrario, se levantará siendo más fuerte.

– Estás hablando de mi única sobrina.

Derek suspiró – lo siento, quería romper el hielo.

El señor Bonel tenía cuatro hijos, cinco contando al sobrino que adoptó desde pequeño, pero Lucios, por tener gustos “anormales” y Jacob, por tener una hija “defectuosa”, perdieron el derecho a ser considerados hijos, Lilith era la única sobrina que consideraba a Lucios, como parte de su familia, la única que lo llamaba tío.

Derek entendía eso y no quiso entrometerse, pero se sentía bien ser parte del drama familiar.

Esa noche Lilith miró la caja con el logotipo de la empresa Deimos y el brazalete plateado que le ayudaría a controlar su talento, era muy pequeño y tenía flores – es temporal – se dijo mientras lo miraba y se dejó caer sobre la cama.

Mientras ella abrazaba su almohada con una gran sonrisa, en el ministerio de magia Anna Leblanc era declarada muerta.

*****

A la medianoche Percival acababa de quedarse dormido y su celular sonó con el tono de una llamada, dio la vuelta y lo buscó a tiendas en la mesa – hola.

– Habla Antonio Melosa, el demonólogo del otro día, estuve revisando y creemos que Paul, el hombre que reportaste no es un seguidor del abismo, ¿conoces el cargo por un reporte falso?

En tres segundos, Percival estaba completamente despierto – sí, yo no dije que fuera un seguidor, lo que dije fue que era una persona sospechosa.

– “Estoy en el mil trece de la calle Vignon, quiero reportar a un seguidor de abismo”, es lo que dice la transcripción de la llamada.

Percival maldijo entre dientes – de acuerdo, solo, por favor, envíeme la multa a mí, mis padres no tienen que enterarse.

Antonio olvidó que estaba tratando con un recién graduado y sonrió – podemos arreglarlo, ¿tienes tiempo mañana?

– Por la mañana.

Fue difícil dormir después de esa llamada y a las siete estaba desayunando en la cocina.

Leopoldo Vignon bajó los escalones y se sorprendió al verlo – ¿qué haces despierto tan temprano?, tu turno comienza hasta las cuatro.

– Es a la una – lo corrigió – saldré a correr.

Leopoldo se sentó en la mesa – ¿ese es mi desayuno?

– El tuyo ya casi está listo – dijo Eva Landes, madre de Percival y tía de Leopoldo – toma – le dijo antes de despeinarlo y después le dio un beso a Percival en la frente.

– Mamá, ¿tú no desayunarás?

– Esperaré a tu padre.

Leopoldo se sirvió jugo de naranja – tía, lo estás mal acostumbrando, deberías dejar que él se prepare el desayuno. Ya es un hombre adulto.

Percival volteó a verlo – yo exprimí el jugo que estás tomando.

Leopoldo se atragantó y su tía le pasó una servilleta – traten de no pelear.

Su primo Leopoldo aún estudiaba, salió temprano de la casa, él esperó a que se alejara antes de despedirse, subir a su coche y conducir a la ubicación que le envió el demonólogo, una casa alejada del centro, para llegar tenía que entrar a una gasolinera, meterse por una calle privada y seguir hasta el final de la calle.

Afuera estaba Antonio – pasa.

Por dentro la casa era un desastre, había muchas cajas, libros apilados, objetos variados y un aroma difícil de ignorar – debería abrir una ventana.

– Entrará el polvo – respondió Antonio – ¿trajiste tu computadora?

– Sí, aquí la tengo.

– Voy a mandarte un archivo con imágenes, necesito que las analices y me digas cualquier cosa extraña que encuentres.

Percival no esperaba esa petición, era un ingeniero mágico y trabajaba respondiendo llamadas de quejas, razón por la cual no podía permitirse una multa, después de encender su computadora, buscar el modem en esa habitación y revisar el correo, fue abriendo las imágenes una por una – ¿qué se supone que estoy buscando?

– Algo que te parezca extraño.

Era una respuesta muy ambigua, Percival fue haciendo acercamientos y entre más lo miraba, más seguro estaba – es esa habitación, la que estaba dentro del espejo.

– Sí.

Esa noche no había mucha luz y Percival se enfocó en Lilith y la silla a la que estaba atadala, no tuvo tiempo para mirar el resto de los pasillos, pero recordaba las marcas dibujadas bajo la silla.

– No sé si sea algo extraño, pero hay un dibujo en el piso.

Antonio se paró detrás suyo – ¿en qué parte?

– Aquí y aquí, es difícil ver un patrón porque hay muchos objetos cubriéndolo.

Antonio asintió – buen trabajo, sigue buscando – tomó su libreta y revisó las imágenes en su teléfono concentrándose en el diseño grabado sobre el piso de madera, él pasó mucho tiempo en su habitación y cada vez que miraba las imágenes veía a la expresión de Anna después de quitarle la máscara, tener a una persona ajena le ayudó a concentrarse.

Percival siguió mirando sin saber qué estaba viendo realmente, pasó a la siguiente y después regresó, ambas imágenes fueron tomadas desde el mismo ángulo, pero había una pequeña diferencia, agrandó esa parte, las observó detenidamente y soltó un pequeño grito.

Antonio se levantó – ¿qué viste?

Percival se talló los ojos – estas dos fotografías – abrió dos pantallas para verlas al mismo tiempo – hay una muñeca recargada sobre el vidrio y en la siguiente imagen, la muñeca escribió una palabra, “corre”

Por la impresión, Percival sintió que se lo decían a él y su piel se erizó.

Antonio retrocedió, era una advertencia, Julián no se equivocó, la habitación tenía un dispositivo anti robo diseñado en la edad media, las personas que pasaban determinada cantidad de tiempo morían, Anna falleció antes porque ella llegó temprano para dibujar un diagrama, de no haberlo hecho, la persona maldecida habría sido él.

Se sentó sobre el sillón.

– ¿Quiere que siga buscando? – preguntó Percival.

Antonio estaba sumido en sus pensamientos, entendía cómo funcionaba el dispositivo, pero, ¿por qué una advertencia?, los demonios eran criaturas malignas, para adquirir esa forma tuvieron que cometer crímenes atroces, era así como se convertían en demonios y uno de ellos intentó advertirle a Anna para que saliera de la habitación.

¿Por qué?

Necesitaba volver a ese lugar, pero jamás lo permitirían, sí volvía a entrar y se pasaba del tiempo marcado, moriría.

– Tengo que hacer una llamada, sigue revisando y háblame sí encuentras otra cosa extraña.

Percival asintió, luego miró la pantalla, no estaba dentro de la habitación y ya sentía calosfríos.

Afuera Antonio esperó a que Julián Tellez respondiera la llamada y al instante, escuchó un tono enfadado.

– No tengo tiempo ahora.

– Recordé algo de la habitación, es importante – insistió Antonio – hay un patrón sobre el piso, podría ser una trampa o toda la habitación fue diseñada como un artefacto mágico, esa tarde Anna – dijo el nombre y sintió una punzada en el pecho – ella me dijo que era extraño que la habitación no tuviera puertas o ventanas y yo le respondí que tal vez las bloquearon, podría haber sido diseñado de esa forma, sí envías a alguien dile que tome fotografías y que quite las cajas.

Del otro lado se escuchó un resoplido – te lo dije antes, no eres parte de la investigación.

– ¿Vas a escucharme o vas a ignorarme?

Julián se recargó sobre el escritorio – ¿en dónde estás?

– En casa.

– ¿Desde qué hora?

Antonio se sintió intranquilo – ¿qué sucedió?

– Paul escapó, sí lo hiciste para interrogarlo por tu cuenta necesito que me lo digas ahora.