Capitulo 5

1940 Palabras
—Sé que no me conoces y que no es normal lo que te estoy pidiendo, pero tengo algunos problemas y por alguna razón en está casa me siento tranquilo. —Bueno en realidad tú me dejaste tu casa sin conocerme y sin cobrarme gran cosa, así que me vería muy mal si te lo negara.  —Gracias prometo no molestarte. —Y también prometes devolverme mi gato en algún momento. El voltea a ver a fantasma y me sonríe. —Nos hicimos buenos amigos. —Ya veo. Terminamos de comer y él empieza a recoger la cocina. —Vaya un hombre que ayuda en los quehaceres del hogar. —Vivo sólo y me gusta ser independiente. —Bueno yo me voy a descansar, estoy agotada. —Gracias por dejarme quedar, prometo que no te darás cuenta que estoy aquí. Subo a mi habitación y me pongo la pijama, me acomodo en la cama y me doy cuenta que fantasma no esta, vaya con ese gato traidor, no tardo mucho en quedarme dormida y empiezo a soñar. —Vaya muchacha eres más valiente de lo que pensé. —¿Porqué lo dices?  —Dejaste a mi nieto quedarse aquí cuando sabes que el pueblo entero se puede volver en tú contra. —Es su casa. —Me gustas para nieta. Yo le sonrío. —Pues si yo hubiera existido en tú época tal vez él sería mi nieto. El suelta una carcajada. —Vaya si sabes reírte. —Lo hacia mucho antes muchacha cuando fui feliz. —Puedo conocer la historia. —¿De verdad quieres escucharla? —Por supuesto, desde el principio. El me sonríe.  —Bueno, yo nací en este pueblo mis padres fueron siempre ganaderos, no teníamos mucho dinero pero no nos faltaba nada, cuando yo cumplí 21 años llego al pueblo una familia y con ella venía una hermosa joven llamada Magnolia, la primera vez que la vi sentí algo que no sabría explicar, cada día hacia lo posible por verla de nuevo, en una ocasión hubo una fiesta en el pueblo y por fin me anime a hablar con ella, recuerdo que traía un vestido rosa, su cara brillaba con la luz de la luna, platicamos toda la noche cuando la lleve a su casa me atreví a besarla y ella me correspondió, desde esa noche nos estuvimos viendo, cuando pensaba pedirle permiso a sus padres para que por fin fuera mi novia me enteré que la comprometieron con Gaspar Grind el hijo de una de las mejores familias en el pueblo, Magnolia aún no tenía la mayoría de edad y aunque nos veíamos a escondidas sabíamos que la iban a casar tarde o temprano. Me despierto asustada cuando escucho un grito que proviene de la cocina, bajo corriendo las escaleras y Dina trae la escoba en la mano y esta amenazando a Kiliam quien tiene sólo una toalla al rededor de la cintura y por lo que veo se acaba de dar una ducha. —¿Dina qué sucede porqué gritaste? Me acerco y le quito la escoba. —Este hombre entro a la casa y esta casi desnudo. Kiliam me ve avergonzado. —Lo siento ayer no baje mi maleta del coche. —Dina él es Kiliam Wallace el dueño de la casa. —¿Y por qué  no me lo dijo? —Porque en cuanto me viste empezaste a gritar como loca y a querer golpearme con la escoba. —Lo siento joven no sabía que usted estaba aquí, además como quería que reaccionara si se me aparece de repente y en paños menores. —Kiliam abre el coche yo te traigo la maleta. Salgo y tomo la maleta de Kiliam, entro a la sala y se la entrego. —Gracias Eliza lo siento. Sube la escaleras y yo volteó a ver a Dina que no le quita la vista de encima. —Dina! —Válgame el cielo, por un momento pensé que era un violador. —Y hubieras estado muy contenta de que se aprovechara de ti ¿verdad? Ella suspira. —Sii, digo no cómo crees que barbaridad, que cosas me haces decir, ahora por tú culpa tendré que ir a confesarme mañana temprano. —Es mi culpa que casi le quitaras la toalla con los ojos. —Por un segundo si pensé en que sucediera un milagro y se le cayera. Yo suelto una carcajada y ella sonríe. —Creo que mejor me pondré a preparar el desayuno que si sigo hablando mi penitencia será mucho mayor. Ella se va a la cocina haciéndose aire con la mano, yo subo a mi habitación y me siento en la cama, quisiera dormirme de nuevo, la historia de Duncan está muy interesante y me quede a medias por culpa de Dina, que por cierto estoy totalmente de acuerdo con ella, que impresión ver a Kiliam casi desnudo, tiene un gran cuerpo, de pronto al recordar su imagen siento un escalofrío que me atraviesa el cuerpo; por favor porque estoy pensando en esas cosas, creo que cómo diría mi abuela necesito una buena sacudida. Me doy una ducha y bajo a desayunar. —¿Dina ya te volvió el alma al cuerpo? —Si pero tengo malos pensamientos. Yo sonrío y en eso baja Kiliam con fantasma en los brazos. —En este momento envidió a fantasma. Yo sin poder evitarlo suelto una carcajada. —Ahora si buenos días, Dina disculpe lo que paso por favor.  Esta vestido muy formal pero sin saco. —Buenos días joven discúlpeme a mí por reaccionar así. Dina se pone roja. —Ven a desayunar Kiliam, Dina cocina delicioso. Le preparo la comida a fantasma y Kiliam lo baja para que vaya a comer, se lava las manos y se sienta con nosotras a desayunar. —¿Y qué planes tienen para hoy?  —Yo estoy preparando algunas cosas para mis clases ya el lunes empezamos. —Y a mi Jacinto me invitó a comer al restaurante de Sassy asi que terminaré temprano para irme. —Muy bien Dina. —Tendré que ir a confesarme antes. Yo le sonrío, terminamos de desayunar y Dina se pone a recoger la cocina cuando  tocan la puerta y Kiliam abre. Traen la televisión y pasan a dejarla en la sala, Kiliam les da propina y cuando esta a punto de cerrar me dice: —Eliza creo que te buscan. Me asomo y es Aitor que viene con una pequeña que trae cara de pocos amigos. —Hola Aitor pasa por favor, dejame presentarte a Kiliam Wallace. La hija de Aitor se sorprende. —¿Es Wallace como el asesino del pueblo? Killiam se ve un poco incómodo. —¿Y tú quien eres pequeña? —Soy Frida, y como me puedes ver no soy pequeña tengo 13 años. —Vaya señorita usted disculpe. Se da media vuelta y se sube al auto de su padre. —Lo siento Eliza es un poco rebelde, queríamos invitarte a comer esta tarde. Yo trato de pensar en alguna excusa y Kiliam al ver mi apuro contesta por mi. —Eliza me dijiste que me ibas a ayudar a instalar el televisor. —Ah si es verdad, lo siento Aitor pero te prometo que será en otra ocasión.  La chiquilla le grita desde el coche. —Podemos irnos papá. —Bueno, nos vemos pronto. —Si hasta luego. Cierro la puerta y respiro profundo. —Que niña tan simpática. —Nunca me la imaginé así, debe ser porque perdió a su madre muy pequeña. —Si tal vez. —Gracias por salvarme. —En realidad no fue excusa, si quiero que me ayudes a instalar el televisor. Yo sonrío. —Bueno sólo si vemos una película. —Me quedo dormido cuando veo romance. —Que bien ya somos dos, yo pensaba en una de terror. —Vaya es muy rara la mujer a la que no le gusta el romance. —Digamos que soy un poco escéptica.  —¿Entonces no crees en el amor?  —No precisamente, pero no creo mucho en eso de sentir mariposas en el estómago y escalofríos. Justo en ese momento recuerdo el escalofrío que sentí esta mañana recordando a Kiliam en toalla. —¿Eliza me estás escuchando? —Lo siento que decías. —Que estoy de acuerdo contigo y muévete mujer que quiero ver televisión hoy. —¿Oye te han dicho que eres muy mandón? —Si mi secretaria pero me soporta porque le p**o muy bien. —Bueno a mi no me pagas. —No pero puedo sobornarte ¿cual es tú comida favorita? —No lo sé me gusta comer de todo. El sonríe. —Perfecto te voy a cocinar una deliciosa pasta. —Muy bien te advierto que soy un poco exigente. —No te voy a defraudar. Vuelve a mi mente su imagen en toalla y definitivamente no creo que podría defraudarme, después de todo creo que también tendré que ir a confesarme yo también. —¿Y a qué te dedicas? Si se puede saber. —Soy político. —Vaya ósea que eres bueno para mentir. El suelta una enorme carcajada que me recuerda a Duncan, ojalá esta noche lo sueñe estoy muy entusiasmada con la historia que me estaba contando. —Trato de no hacerlo mucho. —¿Oye porqué si Dina es tú empleada no te reconoció? —Porqué nunca los había visto, ni a ella ni a Jacinto, los contraté por una agencia y el p**o se les deposita en su cuenta. —Con razón. —¿Oye fantasma no ha bajado a comer? —Es cierto voy a revisarlo. Subo a mi habitación y obviamente no está, me asomo a la habitación que de Kiliam y ahí esta dormido en medio de la cama muy cómodo, bajo a la sala y Kiliam ya tiene la televisión prendida. —Está muy cómodo en tú habitación. El sonríe. —Eli parece que ya quedó lista. Me sorprende que me llame así porque sólo mi abuela lo hace. —La tierra llamando a Eliza. —Si quedo muy bien gracias por la ayuda. —¿Asi eres de distraída o hoy es una excepción? —Sabes que mi abuela andaba de viaje en Las Vegas y sólo me ha mandado mensajes no me ha llamado, estoy preocupada. —Bueno en primer lugar que bueno que tú abuela se divierta y si te está mandando mensajes es porque tal vez este ocupada divirtiéndose para llamarte. —Si es cierto, la verdad es que la extraño. —¿Tienen buena relación?  —Vivo con ella desde que tenía 10 años, mis papas murieron en un accidente y ella se hizo cargo de mi. —Lo siento no quise incomodarte. —No te preocupes no lo hiciste. —Bueno ¿y qué película vamos a ver? —Me temo que ninguna, no me traje películas de casa de mi abuela. —¿Crees que encontremos en alguna tienda? —Puede ser. —Vamos y sirve que compramos lo de la comida. —Esta bien. Salimos y al subirme a su camioneta me quedo con la boca abierta, los asientos son de piel, negros con rojo y huelen a nuevo. —Ni siquiera quiero sentarme en estos asientos, se ven preciosos. —Gracias la verdad que cuando fui a comprarla fue lo que más llamo mi atención, el interior. —Si me lo imagino, debió costarte una fortuna. —No tanto así ¿y a dónde vamos? Le doy las indicaciones y llegamos al almacén en el que he comprado desde que llegue.
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