[El empresario Diego D’Angelo y la chef Valle Sandoval, perdieron una hija en abril de este año y fuentes dicen que la pareja ya no podría tener hijos…]
Con esta noticia despierto después de haber dormido profundamente entre los brazos de Valle. No lo puedo creer, sé quién fue la persona que coló la noticia y me duele mucho, no haberlo prevenido de algún modo. Cuando pensaba que Valle no lo había visto, ella sale de la habitación con su celular y los ojos brillando de que está a punto de llorar.
⎯ ¿Fue Sam, cierto?⎯ me pregunta de inmediato.
Yo no sé que decirle, si ya sabe todo. Me levanto de la silla y la abrazo. ⎯ Lo voy a arreglar ⎯ le digo al oído.
⎯ ¿Qué hay que arreglar, Diego?, ¿qué vas a hacer?, ¿desmentirlo? ⎯ expresa molesta y se aleja de mí yéndose al otro lado de la sala.
⎯ Valle, corazón ⎯ le comento, pero sé que está enojada y que posiblemente en este momento necesite un poco de espacio.
⎯ ¿Ya viste las r************* ? ⎯ me hace saber ⎯, es un caos, todos opinan y dicen cosas sin justificación. Unos dicen que es mi culpa y que no soy la mujer ideal para ti, que gracias a que esto sucedió ahora no podrán verte con un niño entre los brazos, ¡qué les pasa! ⎯ y se sienta en el sofá llevándose las manos a la cara y rompe en llanto. ⎯ Te dije que lo dijeras antes, pero como siempre quieres mantener todo en secreto ⎯ me reclama.
Supongo que a esto se refería Salvatierra cuando me dijo que la escondía y otra vez ese horrible sentimiento de culpa y vergüenza me pegan. De nuevo, he hecho llorar a mi mujer y no debería, tendría que ser yo la única persona en todo el mundo en no provocar su llanto.
⎯ Siempre en tu afán de protegerme tanto Diego, acabas hiriéndome ⎯ habla. ⎯ Me prometiste que todo estaría bien al respecto de Emma y la noticia de nuestras complicaciones para tener hijos y ahora esto salió de la boca de la persona equivocada y ha intoxicado todo esto y profanado el dolor que solamente tú y yo sabemos.
⎯ Valle ⎯ le digo serio ⎯, escúchame, no suelo decir cosas de mi vida privada y contaba con el hecho de que por ahora nadie se iba a enterar, pero veo que me equivoqué por completo, debí haberlo anunciado yo primero para evitar malos entendidos.
⎯ ¡Y lo dices ahora! ⎯ y ella abre el celular y comienza a buscar algo ⎯ ¡Cuando hay mensajes así! ⎯ y pone su celular en las manos.
[Siempre supe que Valle Sandoval era lo peor que le pudo haber pasado a Diego D’Angelo, ¿qué se puede esperar de alguien que conoces en la fiesta en Ibiza?], recitaba el comentario de una chica en Twitter.
⎯ Sam inventó cosas horribles en ese artículo, dijo que yo literal me había metido a la fuerza en tu relación con María José, que te había seducido de no sé qué maneras y eso no me importa, ¿sabes? ⎯ dice enojada ⎯, pero que se haya mentido con lo de Emma es me duele. Diego dime por favor que tú no le dijiste nada a Sam, que nunca le mencionaste lo de mi posible infertilidad.
⎯ ¡Claro que no! ⎯ le digo ahora molesto ⎯ ¿Cómo crees que le diría algo así a Sam? Además, ¿Crees que no soy consciente de todos los mensajes que te han escrito?
⎯ ¡Y, aun así, no dices nada! ⎯ me dice en voz alta. ⎯ No me defiendes Diego porque primero debes comentar con tu equipo, ignoras las cosas porque piensas que no te afectaran, pero, y ¿yo?, ¿a caso me tengo que defender sola?, ¿cómo lo hice con Sam? Este caos lleva desde las 8:00 am, casi es medio día y Diego D’Angelo no se aparece, ¿qué mensaje crees que das con eso?
Valle suele ser una persona muy pacífica y comprensiva, incluso desde la primera discusión fuerte que tuvimos ha cambiado mucho, pero ahora, está furiosa o más bien herida. Cierro los ojos y suspiro, después los abro y veo de reojo mi maleta que está junto a la puerta, en 30 minutos volveré a irme, ahora por tres semanas y de nuevo mi esposa se quedará lidiando con algo que no debería.
Me acerco a ella y la abrazo fuerte, la pego contra mi pecho y dejo que llore ahí. No solamente llora por la noticia, llora porque me voy, la dejo sola, porque no me he tomado el tiempo de guiarla en este mundo que no conoce, sabe que lo que me dice es fuerte y me hiere, pero en parte tiene razón.
⎯ Enviaré un comunicado corazón ⎯ y le beso el cabello. ⎯ Perdóname, en verdad no sé qué decirte. Creo que no me he tomado el tiempo para ser esposo aquí en Mendoza y debí hacerlo. Te dejo sola por días y cuando estoy contigo las horas pasan rápido. Las decisiones que tomé en el pasado nos persiguen y provocan este tipo de malentendidos y en verdad no sé qué hacer, me aterra pensar que un día haga algo tan grande que me dejes para siempre, vivo con ese temor y no debería, supongo que es mi conciencia que sabe que no estoy haciendo las cosas bien.
⎯ No pienses eso, Diego ⎯ me dice apagando un poco su voz contra mi pecho. ⎯ No te voy a dejar, yo te amo, pero simplemente que me siento perdida, ¿sabes? No sé qué hacer en estos casos que para ti puede que no tengan importancia, pero es que siempre la culpable soy yo. En la boda secreta, en las fotos, en esto, siempre soy yo, y a veces me lo dicen tanto que me lo creo, tal vez tengan razón y no soy la mujer ideal para ti.
⎯ Ni se te ocurra creer eso, nunca, nunca, nunca, supongas eso ⎯ le reprocho de inmediato acordándome de la plática con Salvatierra. ⎯ Eres la mujer ideal para mí, en todos los sentidos y niveles posibles, llegaste a mi vida en el momento que lo necesitaba y te necesito mucho corazón, para que me ames, me aconsejes, me regañes, me prohíbas comer de más ⎯ y ella da una pequeña risa ⎯, y sobre todo para ser única en mi vida ⎯ ella se separa de mí y yo tomo su rostro entre mis manos y con los pulgares le limpio las lágrimas y luego le doy un beso ligero. ⎯ No me quiero ir dejándote así, Valle ⎯ le digo preocupado y de nuevo la impotencia me invade.
⎯ No pasa nada ⎯ murmura. ⎯ Ve, que tienes sé, que tienes que trabajar. Que hacer a gente feliz.
⎯ Lo sé, pero no puedo hacer feliz a mi esposa.
⎯ Soy feliz, Diego ⎯ me afirma ⎯ de eso no tengas duda, no debí ponerme así, tal vez hago una tormenta en un vaso con agua.
⎯ No, no, no, tienes todo el derecho de ponerte así. Dijeron algo muy privado nuestro y lo hicieron de tal manera que ahora parece pecado. Yo daré un comunicado de inmediato, acallaré los rumores, te lo juro.
Valle me besa de nuevo y este me sabe a sal.⎯ Lo siento por lo que te dije, no me has herido.
⎯ No, sí lo he hecho, y tengo que aprender a coordinar mi vida personal con la profesional. Antes no me costaba mucho porque solamente era yo, pero ahora, estás tú aquí conmigo y te confieso que… yo te amo Valle, te amo con todo mi ser y me prometí a mí mismo que haría todo lo posible para salvarte de lo cruel que a veces puede ser mi mundo y sé que no lo estoy logrando. ⎯ La rodeo con mis brazos y la aprieto contra mí ⎯ Alcánzame en México ⎯ le murmuro ⎯ vuela allá en unos días, vayamos a los lugares que te gustan, pasa tiempo conmigo.
⎯ Me encantaría mi amor, pero ¿después?
⎯ Lo sé, lo sé, únicamente era jugar con la idea, mi amor… pero promete que estarás en Buenos Aires, allá nos vemos, ¿sí?
⎯ Allá estaré, me llevaré a Beni y a Panza para que conozcan su casa allá.
No me quiero ir, eso es evidente, y me aferro a ella una vez más. ⎯ Te prometo que terminando esto todo se arreglará y seré el esposo que te mereces, porque tú eres la esposa que yo necesito.
⎯ Te amo Topi, y ahora ve que se te hará tarde y no quiero que digan “qué vergüenza, Diego llega tarde porque su esposa lo detuvo” ⎯ y lo dice con una voz que me da risa.
⎯ Nunca más, nadie en este mundo dirá algo falso de ti, eso tenlo por seguro.
⎯ Mi amor, no quiero que te vayas sintiéndote culpable, no tienes la culpa de nada ¿ok? Eres perfecto para mí y yo te amo y yo te espero aquí, solamente vuelve a mí.
⎯ Siempre. Puedo viajar al rededor de mundo, pero tú eres mi hogar y siempre, siempre, siempre, regresaré a ti.
Tomo su dije y está vez lo pego a mis labios por un buen rato, ella sonríe ⎯ Besos de reserva ⎯ menciona ella.
⎯ Muchos besos de reserva ⎯ corrijo ⎯ y uno que otro te amo también, para que no se te olvide.
⎯ Nunca lo olvido Diego.
⎯ Topi, para ti ⎯ y ella sonríe.
La beso por última vez y luego voy a la puerta, ella me sigue y mientras salgo de ahí. Volteo y la observo, trae una leve sonrisa. ⎯ Te prometo Valle que todo estará bien, hoy resolveré lo que tengo que resolver y ya no pasará nada más, te lo juro.
⎯ No tienes que jurarme nada, confío en ti ⎯ dice, y esas son las últimas palabras que escucho antes de irme.