Abigail se quedó observando el libro que estaba entre sus manos durante algunos segundos, se sentía casi que petrificada mientras sostenía la compilación de todas las palabras de Gabriel Lewis. La chica sorbió por la nariz, se quitó las lágrimas que estaban saliendo de sus ojos y entonces con las manos temblorosas y frías le dio la vuelta al libro y leyó la sinopsis. “Ella era una mariposa dentro de un vaso de cristal. Hermosa, frágil, e indefensa” Solo bastó haber leído aquella primera línea para que la chica sintiera que su corazón se estrujaba y que prácticamente le sangraba el alma. Después de un rato de intentar mantenerse serena, Abi se levantó de la silla en la oficina del decano y salió de ella, pero no para ir a sus clases, porque en realidad en ese momento no se sentía lo sufi