[KIAN] Tres días después: 5 de mayo Tres días pasan lentos, aunque la rutina en la estancia me mantiene en movimiento. Trato de enfocarme en los caballos, en el ganado, en cualquier cosa que me distraiga, pero cada noche, cuando me acuesto al lado de Caeli, la conversación sobre la prueba vuelve a mí. La decisión pesa más en su silencio que en sus palabras. Sé que lo está pensando, sé que lo necesita. Hoy estamos en Santa Rosa, sentados frente al escritorio de un médico de cabello entrecano y lentes pequeños que ajusta con paciencia mientras revisa la carpeta clínica de Caeli. Yo tengo las manos entrelazadas sobre mis rodillas, demasiado tensas. Ella, en cambio, mantiene la palma extendida sobre su vientre de diecisiete semanas, como si esa simple acción pudiera protegerla de todo. El

